Colo Colo prendía de forma aislada en el Germán Becker. Con dos cabezazos de Esteban Paredes en el primer tiempo, un tiro de Pinares al horizontal y otro intento del mediocampista con su zurda. Hasta que Miguel Ponce hizo un cambio que no solo le entregó nuevas cualidades ofensivas a su Temuco, sino que confirmó el triunfo y delirio local. Jonathan Requena, el mismo que cuestiona San Lorenzo por mala inscripción en Copa Sudamericana, entró por un Alfredo Ábalos apagado y tomó su lugar en la esquina. Sirvió el córner, Matías Donoso saltó mejor que cualquiera en el área de Orion y rompió el empate.

Tras remover sorpresivamente a Jorge Valdivia en la hora de partido -sus pases eran los más punzantes-, el Cacique careció de profundidad y Héctor Tapia apostó por solucionar la nula creación de circuitos de juego fluidos con la inclusión de Jaime Valdés y Claudio Baeza. Algo creció, Gamonal jamás sufrió. Se notó que a Paredes no le llegaba una. Sin Lucas Barrios, que guarda fuerzas para Corinthians, lo poco que le queda al cuerpo técnico para sumar a sus conclusiones positivas es el nivel de Damián Pérez, sólido tanto en sus cierres como en sus despliegues. Tuvo un centro peligroso también como tuvo uno Fierro, pero por lo que mostró en la novena región, y por las opciones que dejó escapar (o minutos, pues tampoco queda claro si el rol del juvenil en cancha es rotativo, por nivel y/o solo por cumplir), su desafío por trepar a la punta del torneo le queda todavía más lejano.