No quedan dudas de que el fútbol brasileño es de los más exigentes del mundo en lo que a calendario se refiere, ya que los clubes disputan torneos estaduales, la Copa do Brasil, el Brasileirao y, en muchos casos, competencias internacionales. Y Cruzeiro, rival de Boca en los cuartos de final de la Copa Libertadores, es un fiel exponente de la exigencia con la que se vive en el país vecino.

En la comparación entre los dos equipos y si bien ambos tuvieron triple competencia en los últimos meses (el Xeneize viene de quedar afuera de la Copa Argentina y el Raposa jugará la final de la versión brasileña), para los de Mano Menezes no hubo descanso durante la fecha FIFA y por eso, solo en septiembre, disputaron nueve partidos, dos más que los dirigidos por el Mellizo.

Para Boca, la temporada comenzó oficialmente el 1º de agosto con la goleada sobre Alvarado. Desde aquel día, jugó 14 partidos (se incluye el Trofeo Joan Gamper ante Barcelona), mientras que Cruzeiro tuvo 18 compromisos, a los que podrían sumarse otros cinco que jugó en el mes de julio, mientras el club de La Ribera realizaba la pretemporada. El balance, en cuanto a resultados, es de ocho victorias, nueve empates y seis derrotas.

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En total, el equipo de Minas Gerais disputó 23 duelos en 76 días, tomando como última fecha la derrota ante Palmeiras del 30 de septiembre, lo que arroja uno cada 3,3 días, sin frenar entre semana desde que comenzó su actividad. Y en tiempos donde los conjuntos argentinos buscan sacar ventaja del calendario de la manera que sea, para Cruzeiro no existe el descanso.