Fue un partido con todo lo que puede tener un clásico de la Premier League: muchos goles, roces en la cancha, en el banco, alegría de una hinchada, también de la otra. Lo cierto es que un joven de 24 años llamado Ross Barkley salvó a Chelsea al marcar el 2-2 final frente a Manchester United en el minuto 96, es decir, cuando los aficionados de los Diablos Rojos ya festejaban la victoria en Stamford Bridge.

LOS RESULTADOS EN LA PREMIER LEAGUE

Maurizio Sarri y su salto para celebrar lo épico, lo que parecía imposible. De hecho, fue tanta la calentura que un miembro de su equipo de trabajo le cantó el gol a José Mourinho en la cara por lo que el portugués salió disparado con intenciones de golpearlo. En ese instante, las cámaras no fueron con Barkley y su abrazo comunal sino al túnel del estadio, donde un grupo enorme de seguridad tuvo que contener al DT del visitante que descontrolado fue a buscar al provocador.

Ya en lo que a fútbol se trata, el equipo local logró lo que parecía merecido por sus ganas de ir siempre hacia adelante, de intentar una y otra vez y de buscar la forma de quebrantar la barrera que puso el United. Lo logró en la primera parte con el tanto de Antonio Rüdiger de cabeza tras un tiro de esquina.

Pero después fue imposible, mucho más con los dos goles de Anthony Martial, el primero en el 65’ y el segundo en el 73’ tras una jugada de contragolpe que comenzó con la gran atajada de David De Gea a N’Golo Kanté y que terminó con la definición perfecta del francés ante la mirada de Kepa Arrizabalaga.

Lo cierto es que no hubo una silla vacía en el estadio ubicado en Londres, pues las emociones fueron constantes, al punto de que el mismo fútbol se encargó de dejar todo en empate, bueno con influencia de un jovencito llamado Ross Barkley, el nombre que sonará muchos días en la capital inglesa. Eso sí, para cerrar, Mourinho se despidió de su antigua afición mostrándole, de manera desafiante, tres dedos en señal de las tres Premier que ha ganado precisamente dirigiendo a los Blues.