Tottenham estuvo cerca de sentirse eliminado de la UEFA Champions League tras encontrarse en desventaja frente a PSV durante 75 minutos en Wembley. Pero la aparición de su máxima figura, Harry Kane, desató el festejo por 2-1 y le dio vida en la competición.

Los dirigidos por Mauricio Pochettino mostraron su predisposición al ataque desde que el balón comenzó a rodar, pero fue el conjunto holandés el que golpeó primero: cerca de los 2 minutos, el córner ejecutado por el uruguayo Maxi Pereiro encontró la cabeza de Luuk de Jong y la visita festejó de entrada.

El control de la pelota fue del elenco inglés, Lucas Moura intento romper la barrera defensiva a pura habilidad, Christian Eriksen y Dele Alli se hicieron cargo de la ofensiva, mientras que Harry Kane no contó con las ocasiones para convertir. A su vez, Heung-Min Son no pudo gravitar.

PSV apostó al contragolpe frente al absoluto dominio del dueño de casa, que igualmente no supo cómo penetrar; el mexicano Hirving Lozano fue el arma de desequilibrio que buscó lastimar, aunque no logró su objetivo.

El técnico argentino metió mano para el complemento, envió a Erik Lamela y a Fernando Llorente a la cancha y fue el español el que bajó el balón de espaldas y se la cedió a Kane, quien consiguió el empate con un zurdazo de pique al piso dentro del área para salvar el tropiezo a 13 minutos del final.

Tottenham se envalentonó, presionó por la victoria y, en un descuido, Donyell Malen casi se roba los tres puntos de Inglaterra si no fuera porque Paulo Gazzaniga rescató un fuerte remate. Hasta que un centro al área a los 88′ se topó con la cabeza y la fortuna de Kane, quien tras el doble desvío en dos marcadores engañaron al arquero Jeroen Zoet y el balón terminó en el fondo del arco.

El artillero inglés fue el salvador y los Spurs sumaron de a tres por primera vez en la actual edición de la UCL. Figuran terceros con 4 puntos, a tres de Inter de Milán y a seis de Barcelona y le quedarán los cruces sobre suelo británico ante los italianos y en el Camp Nou con el Barça para soñar con la clasificación a octavos.