El nombre de Juan Pablo Carrizo está emparentado directamente con la etapa más negra de la historia de River: la temporada 2010-11, que finalizó con el descenso del club de Núñez. A la distancia, el arquero de Cerro Porteño habló de aquellos días difíciles y de cómo vivió el antes y el después de esa dolorosa situación.

En diálogo con Millenium Sports, por FM Millenium, quiso dejar en claro que “después del descenso,quise quedarme a pelearla pero no pude por el contrato con la Lazio. Me vi obligado a dejar la imagen de que me importó un carajo todo, y no fue así. Me tuve que ir después del quilombo, en momentos que no eran buenos”.

En retrospectiva a esos años, admitió que “no estaba preparando al cien por cien para lo que me pasó cuando debuté en River y en la Selección. Fue todo tan de golpe que no llegué a disfrutarlo como debía. Creo que me comporté lo más profesional que pude, aunque a veces uno se encierra en su idea”.

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A la hora de hacer autocrítica, no dudó en reconocer que su estilo pudo ser perjudicial: “cambiaría el abuso de la gambeta, se decía que era para burlar al rival, pero yo lo hacía desde siempre como recurso. Después entendí a lo que sometía al equipo. Muchas veces giraba y confrontaba con el público. Ahora me acuerdo y me da vergüenza”.

Y para cerrar, se mostró feliz por el gran momento que vive la institución, ocho años después, señalando que “River necesitó tocar fondo y le quedó una sola dirección, hacia arriba. No dudaba de que iba a estar así. Hay gente muy capacitada en el club, que quiere a la institución. River me marcó, ahí nació mi carrera. No tengo reclamos, ni en los peores momentos”.