“Juega bien, pero que no se agrande porque le doy una patada en los tobillos”. El elogio lo brinda Gustavo Alfaro y el que lo recibe es Nicolás Capaldo, el juvenil categoría ’98 que debutó en la Primera de Boca ante Defensa y Justicia y que tendrá otra chance de mostrarse este sábado, en la última fecha, ante Aldosivi.

EL PLANTEL DE BOCA EN LA TEMPORADA 2018/19

Y es que en medio de la renovación que atraviesa el Xeneize, no son solo los pesos pesados o los nombres más reconocidos los que empiezan a cambiar, sino también los de los más chicos. Antes de asumir como DT, el Lechuga pidió un informe sobre el plantel de la Reserva y enseguida el apellido de Capaldo llamó su atención, no solo por sus características, sino por su carácter.

De Santa Rosa, La Pampa, Nicolás se formó entre los seis y los 16 años en el Club Deportivo Mac Allister, institución fundada y dirigida por Carlos y Patricio, los hermanos Mac Allister. Allí, en el km 602 de la RN5, fue donde empezó a ensayar sus primeras gambetas: de gran aptitud física y buen manejo de pelota, sus primeros entrenadores decidieron que jugaría de volante por derecha. 

Apenas 15 años tenía cuando hizo su debut en la máxima categoría en la liga regional en la que participaba por aquel entonces la entidad del Colo, y 16 cuando se presentó por primera vez en Casa Amarilla. Un año tardó en firmar contrato profesional, en julio de 2016, por tres años, el cual se renovó por otras tres temporadas en 2018.

Ese fue el año de su despegue en la Reserva de la mano de Schiavi, quien, según el mismo, fue quien modificó su juego: “Antes iba más por afuera, pero el Flaco me hizo más completo como interno”. Con la cinta de capitán en el brazo, tuvo dos grandes momentos en el último semestre: un doblete de cabeza ante Talleres y un golazo ante Colón. Además, ya la metió en La Bombonera, ante Banfield, en el encuentro preliminar. También es el encargado de patear los penales, como lo demostró ante Patronato y Rosario Central.