Lejos de la movida marketinera y los brillos europeos, la llegada de Daniele De Rossi vino a solucionarle a Boca un problema que venía de larga data: la generación de juego. Con apenas dos partidos con la azul y oro, al italiano le alcanzó para demostrar que le sobra categoría para manejar los hilos desde la mitad de la cancha, a partir de su inteligencia para jugar a uno o dos toques, de su pegada y su panorama. Sin embargo, a los 36 años y sin haber realizado pretemporada, el mediocampista no está para sostener el ritmo de un equipo con doble competencia, por lo que no puede esperarse que juegue regularmente cada tres o cuatro días.

El llamativo festejo de Carlitos: ¿por qué Tevez hizo una ‘A’ en su gol contra Aldosivi?

Iván Marcone tiene siete años menos que De Rossi, lleva ocho meses en el Xeneize y es, según palabras del propio Gustavo Alfaro, el jugador que mejor representa dentro de la cancha su filosofía de juego. Sin embargo, a pesar del buen arranque que había tenido en el club, nunca logró convertirse en ese referente que el entrenador esperaba. Muy lejos del nivel que hace no tanto tiempo llegó a ponerlo en la consideración para integrar la Selección argentina, el volante ya no parece ser un inamovible para el entrenador.

Apenas llegó a mediados de año y se puso la camiseta en la pretemporada, Alexis Mac Allister pareció ser el dueño de la manija que tanto necesitaba el equipo. Su debut oficial, con un gol a Athlético Paranaense en Brasil, pronosticaba lo mejor, pero el hijo del Colorado tiene apenas 20 años y en sus últimos encuentros mostró los mismos vaivenes que lo caracterizaron durante todo su ciclo en Argentinos Juniors. Y Emmanuel Reynoso, que había sido clave en el primer semestre, quedó muy relegado en la consideración del DT.

Así, en la previa de la serie de cuartos de final de la Copa Libertadores frente a Liga de Quito, Alfaro necesita alguien que se haga cargo de la conducción del equipo con personalidad. Y en la victoria 2-0 frente a Aldosivi puede haber encontrado la respuesta: parado casi como un enganche, Carlos Tevez tuvo un encuentro muy activo frente al Tiburón, fue figura y sumó muchas opciones para jugar desde el arranque en Quito este miércoles. El entrenador sabe que la tenencia inteligente de la pelota es la mejor arma para defenderse en la altura y, en un partido donde De Rossi no jugará desde el arranque, el Apache puede ser el hombre en quien descargar el juego.

Después de haber comenzado el semestre por detrás de Mauro Zárate, Carlitos aprovechó cada oportunidad que tuvo para jugar y hoy parece estar mejor parado que su competidor directo por el puesto, quien no termina de recuperar el brillo que tuvo durante buena parte del final de la temporada pasada. Así, sus enteros para volver al equipo titular crecen.