Fue un encuentro perfecto, en lo táctico. Y todo gracias a Aníbal Sánchez, el hombre que estuvo en el montículo durante siete entradas y media sin recibir imparables, que controló la ofensiva de los Cardinals, una de las regulares de la MLB y que le permitió a los Nationals quedarse con el primer juego de la final de la Liga Nacional por 2-0.

El venezolano varió tanto sus lanzamientos que los peloteros locales no pudieron descifrarlos. Fue tal su actuación, que cuando se retiró de la cancha, con el hombro caliente, los aficionados de los Cardinals se pararon para aplaudirlo, pues lo hecho fue impresionante y en el béisbol la virtud del rival se reconoce.

De hecho, fue su compatriota José Martínez el que cortó la racha de Sánchez en el octavo son un sencillo al jardín central cuando el lanzador ya pasaba los 100 pitcheos. Las carreras para los Nationals aparecieron en la segunda y la séptima entrada. Howard Kendrick  y Yan Gomes, ambos con bolas al jardín, impulsaron para que los de Washington tomaran la ventaja, suficiente al final.

Este sábado será el segundo juego de una llave en la que el favorito comenzó cayendo y en la que los Nationals buscarán alejarse más para lograr la hazaña: llegar por primera vez a una Serie Mundial.

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