Fue un duelo de momentos, de los Astros y su hinchada felices por el 1-0, después pensativos por el 2-1 en contra y de nuevo con la tranquilidad del 2-2, la antesala para la alegría máxima, la que llegó en la entrada 11 cuando Carlos Correa abrió el compás, impactó la pelota de lleno y la mandó lejos por el jardín central para el triunfo 3-2 de Houston sobre los Yankees.

Correa lanzó su casco como si fuera un balón de baloncesto apenas llegó a home y de inmediato todo su banco saltó sobre él para festejar, como en las tribunas, un triunfo importante que devolvió a la pelea a Houston, que puso más emocionante la final de la Liga Americana de la MLB.

El encuentro, que se mostró parejo luego de la paliza del primero de la serie a favor de los de la Gran Manzana (7-0), fue tan emocionante que cada equipo rozó la derrota en instantes diferentes. Sin embargo, la gran labor a la defensiva del cuadro local evitó lo que hubiera sido un 2-0 casi lapidario.

El venezolano José Altuve se fue de 4-2, mientras que el cubano Yuri Gurriel no tuvo una de sus mejores noches y terminó con un 5-0. Ahora la serie se traslada a New York, donde el próximo martes se vivirá el tercer choque de una llave que parece se irá hasta el séptimo juego.

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