“Lightning Bolt recibe el balón del arquero, vuela por la lateral, llega al fondo sin que nadie lo detenga y mete un centro preciso que remata Ibrahimovic: ¡Gol de Usain, anotado por Zlatan!”. La imaginación se permite todo, incluso a un exatleta de 31 años -con más de dos décadas en competencia- como goleador de un club de élite.

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Lo ha ganado todo en las pistas, estuvo entre los 25 deportistas mejor pagados del 2017, según Forbes, y pese a que el atletismo no goza de la popularidad del fútbol, se coloca junto a Cristiano Ronaldo, Lionel Messi y Neymar con una atracción arrasadora en donde se pare. Ese personaje tan veloz como carismático se niega a descansar y va por más… se cree capaz de pararse en Old Trafford y ganarse los aplausos

El hombre más rápido del mundo nació en 1986 en Sherwood Content, una isla jamaicana reconocida por sus corredores de largas distancias, pero principalmente por el nombre de Usain Bolt . Su madre notó la fuerza del segundo hijo de la familia desde las primeras semanas. “¿Qué clase de niño es este?”, preguntó al descubrirlo a punto de caer de la cama empujado por sus piernas… jamás imaginó lo que sería.

El país caribeño prefiere al cricket sobre el fútbol , y en ese deporte se iniciaba en la primaria cuando el profesor notó una velocidad impresionante y lo encaminó al atletismo ; sin embargo , siempre tuvo un sueño: ser futbolista . Esa pasión que intentó cumplir en duelos callejeros a escondidas del entrenador mientras rompía marcas mundiales no ha cedido a pesar del cansancio que lo retiró de las pistas.

Bolt hizo de su nombre una medida de velocidad, se adueñó de los 100 y 200 metros, y vestir la camiseta del Manchester United parecía solo un guiño de fanático. Frente a la incredulidad está la insistencia que deja ver cuánto lo desea. “He hablado de esto en entrevistas y algunos clubes se comunicaron”, dijo en entrevista para FIFA.com hace unos meses.

Usain Bolt Quote

Usain está esperanzado en disputar algunos partidos este año y Borussia Dortmund le abrirá próximamente las puertas de sus campos , sin interés en dar continuidad a su trabajo para incluirlo en alguna de las plantillas de su estructura; ¿pero podría el más rápido del mundo convertirse en jugador de fútbol?

En la última temporada de Premier League, Kyle Walker , lateral derecho del Manchester City, registró un máximo de 35.16 km/h. Fue el mejor en ese rubro, la principal característica que Pep Guardiola vio en él para contratarlo. Bolt rompió el récord del mundo en los 100 metros alcanzando una velocidad de 44,72 km/h.  Capacidad clave en el juego moderno, aunque no lo es todo. 

La realidad lo regresa de golpe. La última carrera de Bolt, la despedida que no pudo ser gloriosa por una lesión, evidenció el desgaste físico del sometimiento a rutinas exhaustivas. El calendario de la Premier exige las mejores condiciones sin descanso y hasta en Navidad.

En su autobiografía cuenta que nació con escoliosis, una desviación de la columna hacia la derecha que hizo esa pierna más corta que la izquierda. Independiente de si la deformación benefició su zancada, el exatleta sufre dolor ciático, tirones en los isquiotibiales, esos músculos que dan tantos problemas a los velocistas. Las molestias y el riesgo de lastimarse lo obligaban a viajar con un masajista, encargado de tratarlo en entrenamientos y competencias. 

Solía ser portero en los partidos callejeros, pero si alguien tomara el riesgo de contratarlo, ¿cuál sería la posición ideal?  “Debería jugar en posiciones de 180º grados. Aquellas donde tenga la línea de banda por un lado para que facilite su juego; estas posiciones que son lateral o extremo. La de lateral le sería más sencilla, sobre todo con línea de 5 (carrilero), pero no por un tema de velocidad, sino por un tema de menor complejidad técnica y táctica”, apunta en entrevista para Goal, Albert Rudé, Doctor en Ciencias del Deporte y auxiliar técnico en Pachuca.

La principal contra: el hombre más rápido del mundo nunca ha practicado fútbol profesional.  Bolt requiere 30 metros en su fase de impulso y su preocupación debería ser: “¿qué haré con el balón cuando tenga unos escasos segundos para jugarlo debido a la presión asfixiante del rival?, ¿qué haré cuando no tenga el balón (fundamentos tácticos de juego)?, ¿qué haré cuando lo pierda (hacia dónde debo correr)?, ¿qué haré cuando lo gane (hacia dónde oriento el juego)? En conclusión, ajustarse a acelerar en menos metros”,  añade Rudé.

La posibilidad se reduce al mínimo: “Los atletas entrenan en contextos lineales y mediante métodos analíticos que prepara cerebro y cuerpo, para operar en situaciones estables, no complejas y poco dinámicas”. A pesar del entusiasmo por encajar en el fútbol, la fase de aprendizaje quedó varias décadas atrás, mientras él se dedicaba a perfeccionar la zancada que lo hizo invencible.

De acuerdo con las recomendaciones de la FIFA, la edad propicia para iniciarse en la práctica del fútbol es entre los 6 y los 7 años. La infancia es la etapa ideal, sin embargo, hay historias de éxito sorprendentes como la de Jamie Vardy.

El campeón con el Leicester tuvo un inicio fuera de lo común en el futbol inglés, su talento no fue descubierto en alguna de las academias de los grandes clubes y lo rechazaron del Sheffield Wednesday a los 16 años por su estatura. Vardy desarrolló buena parte de su carrera en el anonimato y cuatro años antes de liderar a los Foxes al título de la Premier League, todavía jugaba en la séptima división. Inició tarde en el futbol de élite, pero no en el juego. 

Usain Bolt pudo arrepentirse hace una década del atletismo y buscar una carrera en el deporte más popular, ¿las posibilidades de éxito habrían cambiado? Albert Rudé considera que no, a los 21 años los patrones motrices que lo hacen un atleta estarían consolidados para un deporte individual y no de espacio compartido.

En caso de fracasar en el intento, el Pro Evolution Soccer ya cumplió su sueño… de manera virtual. En la edición 2018, convirtieron a Usain en jugador de fútbol, en un extremo izquierdo con ratings que los gamers consideran exagerados: 75 puntos general, solo tres menos que Kylian Mbappe, 99 en velocidad y fuerza explosiva, por encima de Aubameyang, Bale, Sané, Bellerín y Walcott. Solo igualado con la cifra que en el PES 5 fue asignada a Obafemi Martins.

Su incorporación y el puntaje asignado fueron mal vistos por los críticos, lo consideraron un movimiento desesperado por atraer la atención que la competencia ha cautivado. Las reacciones de los gamers también fueron negativas, desean mejoras en la jugabilidad, licencias de clubes y competencias, no al hombre más veloz del mundo para jugar fútbol.

Bolt acostumbró a todos a ese último sprint intenso, a la sonrisa relajada mientras sus rivales llegaban vacíos. Esa personalidad tan arrogante como fascinante lo hizo ídolo; sin embargo, las intenciones manifiestas de iniciar una carrera en el fútbol no son tomadas en serio por los fanáticos y su presencia en el PES tampoco causó el ruido esperado.

Poco importa si todo está en contra de él, cada que puede aclara que no se trata de una broma. Hace unos días, fue parte de la práctica del Mamelodi Sundowns, líder de la Premier League de Sudáfrica. Comprobó que la lesión lo dejó fuera de forma y a manera de disculpa por abandonar el campo cuando el sol caía a plomo, prometió estar entero para iniciar la fecha de las pruebas en Dortmund.

Esa oportunidad le ha dado un nuevo motivo para levantarse, el que perdió cuando escuchó por última vez el disparo de salida en Londres. Lo cuenta de la misma forma en la que lo haría un niño que está aprendiendo a disparar al marco: “No sé qué tan rápido soy con el balón, pero si pateo y corro, puedo conseguirlo”. 

 

Fuente: OPTA