Hablar de Lucas Pratto es, para muchos, hablar de goles: de los que hizo en todos los clubes en los que estuvo antes de River y de los que no logra convertir en el Millonario. Para el delantero nacido en La Plata, sin embargo, su rendimiento no se mide en gritos.

“Todos saben que en Vélez no era un jugador de hacer goles todos los partidos si no más de armar juego y más de equipo y yo sigo siendo el mismo jugador, no he cambiado mi forma de jugar. Obviamente que a veces por las variantes de los entrenadores cambia un poco mi posición. Hoy estoy un poquito más acostumbrado a jugar más en el área, pero mis características siguen siendo las mismas independientemente de la posición que ocupe más adelante o más atrás”, le dice a Goal un Pratto de casi 30 años con más de 400 partidos en Primera División y 137 gritos, lo que le da un promedio de un tanto cada 3 partidos. En River, equipo que lo pagó 11 millones de dólares y lo transformó en el futbolista más caro de su historia, metió uno en nueve partidos (siete como titular).

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-¿Cuántos goles tendrías que llevar convertidos en River para estar a la altura de lo que te pagaron?

-Y, uno por partido mínimo, je.

Pratto sabe que el margen se achica cada vez más y que, cuando agarre la pelota cerca del arco rival, su puntería tendrá que ser más precisa de lo que viene siendo porque la paciencia del hincha disminuye a medida que aumentan sus minutos en cancha. Lo entiende, lo tiene presente, pero desdramatiza en un fútbol en el que todo es drama. “Si con casi 30 años (los cumple el 4 de junio) no puedo mantener la presión… Hoy en el fútbol es difícil, están todos los ojos puestos en el equipo, pero creo que estamos preparados para eso”, dice con tanquilidad.

-¿Qué balance hacés desde que llegaste a River?

-Recién empiezo, van dos meses. Que lo hagan los demás el balance. Por ahora estamos en un momento de readaptación, que creo que también con los resultados complicados que tuvimos al principio fue un poco más difícil. Siempre cuando empezás con un equipo un poco más aceitado es más fácil tener buenas actuaciones individuales, pero ahora a partir del clásico que ganamos individualmente todos anduvimos mejor. Yo venía de un parate de los últimos dos partidos de la liga brasileña porque estuve lesionado y desde fines de noviembre que no competía; y llegar a River con todo lo que pasó en el medio, con lo del pase, con las idas y vueltas y empezar a competir ya de entrada es difícil, entonces poco a poco ,y estas semanas sobre todo, me sirvieron para ponerme bien físicamente.

-¿Haber sido el pase más caro de la historia te resta tiempo para adaptarte?

-Creo que pasa un poco con los jugadores que han vuelto como Lisandro López en su momento a Racing o mismo con Tevez. A los jugadores que vuelven en una buena edad para seguir compitiendo se les pide resultados rápidos.

-¿Si hubieras vuelto a Vélez hubiera sido lo mismo?

-Pero Vélez es un club que ya conozco, en el que ya sé cómo manejarme. Esto es un trabajo como todos y como todo trabajo nuevo no es lo mismo donde laburabas antes y donde laburás ahora, tenés que conocer a las personas, cómo se manejan, cómo es el mecanismo del club. Acá es un club totalmente diferente, que tiene todas las vistas puestas del periodismo y la gente. Vélez es un club importante pero no tiene la magnitud mediática que tiene River.

-¿Cuándo te diste cuenta de la magnitud de River?

-Cuando hice un partido a beneficio en Cambaceres y de un momento a otro llegaron todos los periodistas y nos habíamos invitado a nadie. Lo hicimos para la ciudad, para Ensenada, y aprovecharon todos para ir. Ahí me di cuenta todo lo que estaba envolviendo.

Cambaceres, Ensenada, su familia y sus amigos, su hija Pía, su perro Homero y no mucho más. Pratto no tiene un enorme reloj en la muñeca, ni gafas de sol, ni cadenas de oro, ni una remera con un logo enorme de la marca que lo viste, ni ropa ajustada y tampoco litros de perfume como para aromatizar a una ciudad entera. Si no fuera por su altura y su llamativo físico, por el que le pusieron apodos como “oso” o “camello”, quizá menos personas notarían su presencia porque, a diferencia de lo que hace en el área, en la vida quiere pasar desapercibido. “Yo estando en Vélez podía juntarme miércoles o jueves con mis amigos en un barcito, no hasta tan tarde pero sí hasta medianoche. Lo hacía siempre. Hoy, como me pasó en Brasil, no puedo. Mis amigos me invitaron a una quinta a tomar unos mates y les dije que no, que no había chances de que fuera”.

-¿Por qué no podrías ir?

-Y porque no, porque nosotros jugamos el domingo y es mejor ir a descansar, ir a dormir. Hay muchas cosas que cambian. Por ejemplo, poder salir de noche. Si tengo un día libre al otro día, lo haré, pero hay veces que la gente no lo entiende. Mis amigos me dicen “un día podés hacerlo” y sí, puedo hacerlo, pero no quiero ir  a un bar y saber que tengo que estar mirando para todos lados para que no me agarren y me saquen una foto tomando una cerveza. Porque somos personas, y a mí me gusta tomarme una cerveza y me gusta tomarme un vino y lo voy a hacer, pero cuando se den los tiempos y pueda. También sé que tengo que respetar al club que me contrató y hoy estoy representando a uno de los clubes más grandes de Sudamérica y tengo que cuidarme en base a eso.

-¿Te molesta que se hable de tu peso?

-Si me molestara el peso, estaría comiendo lechuguita y no lo hago, sigo comiendo como siempre. No hay nada que me moleste. Con algunos memes me cago de risa, me los manda mi hermano y nos cagamos de risa juntos. Depende de uno cómo tomarlo. Si es crítica futbolística, la voy a aceptar. Si es mala, con mala intención, no le doy bola.

-¿Qué crítica futbolística te harías?

-Que tengo que mejorar individualmente, es normal, pero con la mejoría del equipo se va a encontrar no un Pratto si no a un equipo diferente y voy a tener más posibilidades de encontrar mi mejor nivel. En los últimos partidos encontré una regularidad física y ahora tengo que encontrar una regularidad futbolística porque obviamente no estoy al 100%, pero eso lo agarrás con confianza, con goles. Espero que pueda hacer goles y encontrar esa regularidad futbolística para ayudar al equipo.

-El hecho de que Scocco entre y convierta, ¿te juega en contra en cuanto a la crítica?

-No. Es lo que a nosotros nos motiva día a día. Si Nacho entrara y no hiciera goles, eso nos perjudicaría a todos porque River seguiría estando mal. Los que juegan intentan dar lo mejor y el que entra también. Por eso somos delanteros de equipo grande y estamos preparados para eso.

-Pero te toca pelear contra un Mora que es muy querido y el Scocco de los goles importantes.

-Pero yo me siento bien. En Vélez me tocó estar con el Burrito Martínez y con Óbolo y nos pasaba lo mismo, íbamos rotando, jugaba cualquiera de los tres. Y hasta la adaptación en Vélez fue parecida a la de ahora, al principio había hecho pocos goles y en el segundo semestre fuimos campeones e hice muchos goles. Siempre es un engranaje colectivo. Creo que a partir de los partidos que venimos ganando, los jugadores que vienen de atrás y nos llevan la pelota a nosotros han levantado mucho su nivel y creo que ahora va a ser todo mucho más fácil.

Lucas Pratto Velez

Cada vez que tiene que recordar su mejor forma o momento, Pratto menciona a Vélez. Y con razón: en el equipo de Ricardo Gareca, al que llegó a principios de 2012, el Oso disputó 111 partidos (fue el club donde más jugó) y convirtió 43 goles, algo así como un gol cada 2,5 encuentros. Esa fue su mejor marca, ahí donde fue goleador sin querer ser goleador. “Soy un jugador de equipo y no individual. En Vélez me destacaba mucho porque el equipo andaba muy bien”, explica.

-¿Y Gallardo qué te dice?

-Nada, es una persona que confía muchísimo en el plantel que tiene y a mí personalmente me da una tranquilidad que pocos entrenadores me han dado.

-Entonces algo te dice.

-A veces no necesitás una palabra para tener tranquilidad. A veces te da la tranquilidad dejándote en la cancha, a veces poniéndote, a veces cuidándote.

Fanático del fútbol, dice que mira muchas ligas y que le gusta el campeonato argentino a pesar de que Boca se haya cortado solo en lo más alto. “Miro mucho fútbol. Creo que hay partidos que salen lindos en la Superliga, que hay equipos que juegan sin presión y que mejoraron mucho como Talleres y como Unión, equipos a los que el tema del promedio no los dejaba jugar sueltos”, dice quien se reconoce como un “obsesionado” con la Copa Libertadores, torneo que nunca pudo conquistar en su carrera y que lo tiene a River como uno de los principales candidatos a pesar de no atravesar su mejor momento.

-¿Por qué pensar que un River que no pudo pelear el torneo puede pelear la Copa?

-Porque tenemos buenos jugadores, buen equipo, el ejemplo lo tuviste en la final: le ganamos al supuestamente el cuco de todos y prácticamente, sacando el mano a mano de Fabra, las otras jugadas fueron medio de carambola. Obviamente no fuimos el equipo que queremos ser en ofensiva, pero sabemos cómo jugar esa clase de competencia.

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-Si Boca no es tan cuco ¿por qué va puntero hace tanto?

-Porque hace las cosas bien. Es un equipo que juega bien a la pelota, que no ha perdido puntos, y a nosotros nos ha costado mantener una regularidad. Nosotros necesitamos eso, mantener una regularidad, perder poco. Lo que consiguió Boca es perder poco. Nosotros hemos perdido mucho. Es más, hemos hablado de que ya perdimos todos lo que podíamos perder, así que durante este año no tenemos que perder más.

-¿Quiénes son los equipos candidatos en la Copa?

-Palmeiras es buen equipo y tiene un DT que conozco. Hay muchos equipos grandes. Racing arrancó bien, pero Cruzeiro es un buen equipo. Los equipos de Brasil y Argentina son muy fuertes. No podés ver candidatos, el año pasado llegó Barcelona a una semifinal y para nadie era un candidato. Lanús le dio vuelta un partido a River importante. Siempre hay un  equipo en la altura que empieza a ganar y te saca puntos. Es diferente a todos este torneo, no es la Champions, es totalmente diferente a todo. Nosotros tenemos un grupo difícil y tenemos que pensar en clasificar, después en los mano a mano vemos. River con este cuerpo técnico se acostumbró a jugar este tipo de competencia y los mata mata pero para llegar a eso tenemos que clasificar. Hay que revalidar el punto en Brasil de local con los colombianos.