Un mes de dicha, ilusión y encanto, algo parecido a la época de Navidad, pues la unión y el amor se sienten en el aire desde el día de la inauguración hasta el cierre. Así es el periodo del Mundial, 30 días que cambian a todo el planeta.
No es extraño escuchar hablar de fútbol en todos los escenarios y ver a cualquier personaje convertido en experto en el deporte rey, las conversaciones giran en torno a la pelota y se dan a conocer naciones que en algunos lugares del mundo nunca antes han sonado.
Ese gran intercambio cultural y el tener un tema tan global a la orden del día, hace que el Mundial se convierta en la mejor excusa para acercarse, romper fronteras, acabar con los estigmas y aunarse en torno al fútbol.
Lo anterior hace que el último día del Mundial deje el sinsabor de la larga espera que se viene hasta volverlo a vivir, se comienzan a hacer las cuentas y cuatro años parecen ser una eternidad para volver a sentir la fiebre que solo puede causar el fútbol.
Hay vida después del Mundial, aunque todos sabemos que la mañana siguiente, el despecho y un aire de tristeza rondará las casas, calles, oficinas y lugares donde hace poco tiempo se respiraban goles, atajadas, polémicas y toda la gloria que nos ha sabido regalar Rusia 2018. Hasta la próxima Copa del Mundo, nunca dudes que te vamos a extrañar…