Todo cuesta arriba para la Universidad de Chile. La misma que ahora compite sin el despedido Mauricio Pinilla. Audax Italiano la venció con propiedad en el Estadio Nacional en la que fue su novena celebración en línea, triunfó en su lucha por seguir espantando el descenso, y la llenó de dudas… que viene arrastrando desde que a Kudelka le tocó enfrentar a los de Primera: sacó un punto de nueve posibles.

Sergio Santos se sacó con facilidad a Rafael Vaz y tocó con Ignacio Jeraldino en los dos minutos de juego. El 9 tuvo el tiempo de controlar y servir para Ariel Martínez y el fruto de la cantera de Colo Colo sacó un balazo de diestra y desde fuera del área. Entre el primer y el segundo festejo de Audax, el atisbo de reacción azul se redujo a un cabezazo al palo de Matías Rodríguez, otra vez lateral izquierdo infructuoso. Del otro lado, Iván Ledezma, Jeraldino y Santos llegaban a inquietar a Johnny Herrera con mucha más facilidad.

Todo lo anterior rigió hasta que Matías Campos Toro extendió la diferencia. El capitán itálico culminó, rematando en dos instancias con su zurda, primero con Herrera sólido y luego cambiándole el palo al meta, una jugada de, una vez más, Ledezma, Santos y Jeraldino: Titi profundizó, el brasileño centró con éxito y el surgido de Unión San Felipe confundió a la línea posterior dejándola pasar. Imparables, aunque el pito de entretiempo los tranquilizó y les hizo entender que los puntos eran vitales.

El DT llegado desde Talleres exprimió sus mínimas posibilidades. Guerra tuvo una, Echeverría otra. Pizarro aportó criterio y asistió en el descuento. Arancibia y Ubilla, ganas y ese juego de bandas que tampoco funciona. Ni de la mano de Soteldo. Todo se conjugó para que los de Juan José Ribera nunca dudaran de que lo iban a lograr. Vaz metió un cabezazo, como 9, tras la cesión del Fantasista, en el último segundo. Jara también estaba en el área esperando recepcionar. Los dos centrales. Nadie más. Es la magra realidad de la U que dejó en evidencia el Audax. Universidad de Concepción y Universidad Católica la miran desde la cima, a diez puntos de distancia.