Llegó con perfil bajo, sin ningún bombo ni platillo, y por el contrario, con cuestionamientos por venir de un equipo de segunda división. Muchos desconocían su nombre hasta ese momento y los pocos que lo referenciaban, daban crédito de su capacidad.
Hoy, ocho meses después de su arribo, Jorman Campuzano fue el único jugador que entendió cuál camiseta tenía puesta en el partido de Atlético Nacional ante Tucumán por la Copa Libertadores. Y no es algo casual, es una constante para resaltar la calidad de un jugador humilde, silencioso y tímido que en la cancha se transforma en un gladiador inquebrantable.
Entre los Monetti, Braghieri, Castellani, Lenis y Torres, jugadores con más millas acumuladas, el que se destacó en el José Fierro fue el ‘pelao’ de Tamalameque. El mismo que una vez se animó a declarar públicamente su simpatía por Millonarios, archirival del Verdolaga y ante el cual, curiosamente, debutó con un rendimiento por encima de la media para despejar cualquier duda sobre su profesionalismo e integridad.
Con el correr de los partidos, Jorman se hizo indispensable. No solo se ganó la titularidad por encima de Raúl Loaiza y Diego Arias, sino que cuando no estuvo por lesión o sanción, su ausencia se sintió fuerte en el equipo. Jorman no solo recupera, también entrega y hace jugar. No solo entrega balones, entrega todo su fútbol, capacidad y energía en la cancha. No se ahorra nada, siempre deja hasta la última gota.
Que el más joven de la cancha sea el más maduro y profesional deja muchas lecturas, así como enseñanzas. Un ejemplo a seguir para las nuevas generaciones y un llamado de atención para los ‘caciques’ del equipo que a veces se pierden entre las comodidades y el status de intocables, olvidando que se deben a una pasión de multitudes y que como tal deben corresponderle a esa multitud que los idolatra.
No es casualidad lo de Campuzano, no es producto del azar ni el resultado de una campaña mediática. Campuzano es la realidad que hoy tiene Nacional en un momento de incertidumbre y por eso es mi único héroe en este lío.