Universidad Católica no aprovechó la caída de su símil de Concepción y terminó empatado sin goles ante el Audax Italiano de Juan José Ribera en el Bicentenario de La Florida, donde la fiesta quedó reservada exclusivamente para las tribunas, llenas del color que no suele presentar en los juegos de baja convocatoria.
Sergio Santos, tras la opaca muestra de fútbol presentada por ambos, tuvo la lectura acertada. Habló de una “defensa cerrada” del rival y de un trámite “duro y peleado”. Fue una jornada compleja para generar circuitos de juego que propiciaran llegadas. No hubo ninguna clara. La línea de tres que presentó Ribera se complementó con los dos que iban por fuera, Fernández y Campos Toro, y el bloque de cinco mantuvo el orden en todo momento.
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Nadie pudo trascender y, de hecho, el remate más direccionado -y único al arco de los verdes-, de Ignacio Jeraldino, lo resolvió sin mayores problemas Matías Dituro con su despeje. Al otro costado, solo Luciano Aued probó una vez la resistencia local, pero su cabezazo no llevaba potencia ni, menos, enredó a Eryin Sanhueza.
El primero del campeonato, que ahora tiene a Calera a dos puntos y al Campanil a cuatro, encima perdió a Aued para el tradicional cruce ante Unión Española. Y si bien no pudo dañar ni fue dañado, a punta de esfuerzo físico y táctico salió vivo de la fricción de una cancha sintética que, sumada al gran presente audino, era un trámite que lucía complicado. Lo fue.
