La rueda de la vida de Zlatko Dalic dio un giro de 180 grados. En octubre, la Federación Croata de Fútbol lo llamó de repente para reemplazar temporalmente a Ante Cacic, destituido por los malos resultados. La presión fue demasiada: Croacia se estaba quedando fuera del Mundial y había que buscar un salvador, alguien que tome el timón y evite que el barco se hunda en las Eliminatorias. Dalic, con riesgos, aceptó el desafío.

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Dalic, en su debut en la Selección, tuvo que vencer a Ucrania (2 a 0), en Kiev, en la última jornada de su grupo para llegar así al repechaje. Dalic, soñando con cumplir el sueño, enfrentó luego a Grecia por el boleto hacia Rusia: sus dirigidos ganaron 4 a 1 en Zagreb, empataron 0 a 0 en El Pireo y clasificaron así a la Copa del Mundo cuando la fe se estaba perdiendo. Dalic, ya siendo un héroe, tuvo finalmente su premio, como en un cuento de película: fue ratificado en el puesto y metió a su equipo en la final del Mundial, en la que perdió ante Francia.

Tras la salida de Pekerman de la Selección Colombia, Dalic es uno de los nombres que suena como posible reemplazante.

“Felicitaciones al seleccionador por lo que ha logrado hacer en un plazo tan breve. Ha mostrado que se merece el banquillo de la Selección croata”, declaró Davor Suker, ni más ni menos, el histórico delantero de Real Madrid, hoy presidente de la Federación croata. Y hubo más de parte del exfutbolista, quien participó en el primer Mundial para el país (Francia 1998): “A Zlatko y a la Selección le vamos a asegurar las mejores condiciones en Rusia para que podamos lograr allí el mejor resultado posible”.

¿Quién es Dalic? Es un bosnio que supo jugar en el mediocampo, sin brillar demasiado, pasando desapercibido para los grandes medios de comunicación. Con 51 años, y siendo entrenador desde 2000, sumó experiencias en Varteks, Rijeka y Slaven Belupo (todos clubes croatas). Además, fue técnico adjunto del seleccionado de Croacia Sub21, y tuvo un paso por el fútbol árabe (dirigió Al-Hilal, de Arabia Saudita, y Al-Ain, de Emiratos Árabes). “Podría haber sido mejor, pero también peor, no tenemos nada que perder”, dijo sobre los rivales que le tocaron en el sorteo.