Thomas Lemar parece ser uno de “esos locos bajitos” de la canción de Joan Manuel Serrat, aunque el cantante catalán no le dirá que deje “ya de joder con la pelota”. Menos se lo pedirá después de este sábado en el que el futbolista empezó a cumplir con lo que tanto promete en sus instantes de máxima lucidez: brilló en la victoria del conjunto de Diego Simeone ante Getafe, en condición de visitante, anotando los dos tantos del 2 a 0.
Ese loco bajito, el más bajito de la plantilla (mide 1,70), regaló conceptos para entender por qué es el jugador más caro de la historia de Atlético de Madrid (el pase costó 70 millones de euros) y de esta temporada en la liga española: en el Coliseum Alfonso Pérez, mostró que posee un gran remate (así abrió el marcador), que es rápido, que tiene una gran capacidad para desmarcarse, que presenta una zurda de esas que hacen que el espectador despegue su cola del asiento y que lee muy bien el juego para asociarse con sus compañeros.
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Un detalle, no menor: tiene apenas 22 años y ya es campeón del mundo con su Francia.