Marcó el tiempo y tuvo el control del partido en el Municipal de Montilivi. Andrés Guardado fue el director de orquesta de Betis. El mexicano sigue demostrando que es el mejor intérprete de Quique Setién en el campo, haciendo un juego simple y coordinando el camino a seguir ante la presión del rival.
En el habitual 3-4-3 de Betis, el Principito se posicionó por delante de los defensores, siendo la primera opción de pase seguro, tanto en la salida con pelota dominada como en el retroceso, cuando el equipo no tenía espacios para atacar. Sin duda, fue el gran responsable de la victoria del Betis.
En los 86 minutos que estuvo en cancha, Guardado fue el jugador con mayor efectividad en los pases (93%). Su precisión fue garantía de posesión y eso hizo posible la correcta ejecución de la propuesta de Betis, acostumbrado a posicionarse en campo contrario y a partir de ahí controlar el partido.
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De hecho, es la primera vez que Andrés es reemplazado en lo que va de temporada. Y eso tuvo un efecto inmediato en el juego, pues el equipo perdió el equilibrio y el Girona, en un par de minutos, generó más ocasiones que en todo el compromiso. Setién tiene razón: Guardado tiene que jugar siempre.