El 20 de mayo de 2012, Eden Hazard se despidió de Lille, y lo hizo marcando tres goles frente a Nancy (4 a 1 finalizó el partido), por la última fecha de la liga francesa. “Estábamos seguros de que terminábamos terceros, y al otro día nos tocaba jugar contra Nancy. Fue el último partido de Hazard, y quisimos organizar algo. Decidimos ir a tomar algo y se prolongó un poco. A la mañana siguiente, Eden todavía estaba borracho. Ni siquiera había dormido, bebió toda la noche y metió un hat-trick en treinta minutos”, contó el defensor congoleño Rio Mavuba en el diario inglés The Independent. La moraleja del cuento no debería dar tantas vueltas para encontrar una explicación coherente: en aquella jornada, en las venas del rebelde Eden no había alcohol porque en esas venas sólo hay fútbol.
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No hacen falta pruebas para conocer su ADN: Hazard respira y siente el balón desde que estaba cómodo en la panza. Sus padres, Carine y Thierry, fueron futbolistas profesionales. Sus hermanos Thorgan (juega en Borussia Monchengladbach, de Alemania), Kylian (se desempeña en Cercle Brugge, de Bélgica) y Ethan (está en las categorías inferiores del Tubize belga) se dedican también a patear el objeto redondo. Así, rodeado de pelotas, fue creciendo y así se fue formando este niño prodigio en el deporte rey. El resultado ya está muy expuesto en esta época de exposición: a sus 27 años, el 10 de Chelsea brilla en la Premier League y forma parte de la mejor generación belga de la historia. Él, además, fue el abanderado de un equipo de cracks que finalizó tercero en el Mundial de Rusia.
Kylian, Thorgan y Eden Hazard, los tres con la camiseta de Zinedine Zidane.
Hazard, como algunos de los elegidos, se describe con acciones y con palabras. Tan habilidoso con los pies y tan provocador con su lengua, el Duque, como lo apodan, se animó a desafiar al mismísimo José Mourinho cuando era su entrenador en el equipo azul de Londres. Fue en 2014, tras quedar eliminado en la semifinal de la Champions League, cayendo ante Atlético de Madrid. “El Chelsea está hecho para jugar al contragolpe”, criticó el mediocampista, sin el disfraz del formalismo y sin respetar a su “jefe”. Mou, claro está, se la devolvió: “Cuando las críticas vienen de un jugador como Eden, es normal. No es el tipo de jugador que esté dispuesto a sacrificarse al 100% por el equipo y sus compañeros” .
En su trayectoria, sólo hay dos clubes: Lille, equipo donde fue formado, tras mudarse con su familia a Francia (2005), y donde debutó profesionalmente cuando tenía 16 años, en noviembre de 2007; y Chelsea, institución que pagó 32 millones de libras (algo así como 35 millones de euros en estos tiempos) para quedarse con su magia a partir de 2012. En la Selección de Bélgica, debutó en noviembre de 2008, con sólo 17 años (amistoso ante Luxemburgo). Y, desde ese entonces, fue creciendo hasta llegar a ser la máxima figura de un plantel de figuras (Courtois, Fellaini, De Bruyne y Lukaku, entre otros nombres).