El partido entre Liverpool y Cardiff se podría resumir en dos momentos: la jugada entre Mohamed Salah y Xherdan Shaqiri, que terminó con el gol del suizo nacido en Kosovo, y el pase del egipcio a Sadio Mané, quien puso el 4-1 final. Pero, ¿por qué estos dos tantos? Porque antes de eso, el equipo galés, con el 2-1 en contra, tuvo al cuadro de Jürgen Klopp contra las cuerdas y gracias a la colectividad el equipo rojo pasó de lo que pudo ser un empate a una goleada que lo ubica primero de la Premier League con 26 unidades a la espera de lo que pase con Manchester City.

EL CALENDARIO DEL LIVERPOOL

Además, eso que sucedió en cuestión de tres minutos también fue justicia para un equipo que tuvo la pelota el 84% del encuentro, que siempre fue para adelante y que se responsabilizó con la obtención de los tres puntos. Salah abrió el marcador tras una serie de rebotes en la primera etapa y Mané se despachó con doblete (lleva siete en esta campaña), ambos de gran factura.

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Gran triunfo de Liverpool frente a un equipo que complicó todo por pasajes, pero que al final no dio mayores problemas a un onceno que, en un suspiro, puede pasar de la angustia a la felicidad total, pues tiene jugadores de calidad para hacerlo, además de una noción de fútbol que ahora muy pocos poseen no solo en Inglaterra sino en toda Europa.