El Barcelona tenía la obligación de retomar su sitial en el primer puesto de LaLiga y no solo lo hizo con creces: goleó al Real Madrid, su clásico rival, y contó con el estreno goleador del chileno Arturo Vidal, que se impuso a todos los ponderables y entró con hambre a jugar el partido más importante… aunque solo hayan sido un par de instantes en los que alcanzó una precisión de pases del 100% (6 de 6).
El Rey se paró en la mitad de la cancha, dispuesto a ingresar cuando faltaban siete minutos para la resolución en el Camp Nou, y desde esa ubicación vio la decimocuarta asistencia de Sergi Roberto en su historial con Luis Suárez justo antes de relevar a Arthur en el mediocampo.
Lee más noticias de fútbol en CódigoSport
Vidal se ubicó a la izquierda de Sergio Busquets para abrir la zona de volantes. Como es su costumbre, se sumó al trabajo ofensivo y anotó el 5-1 definitivo mediante un cabezazo desde el medio del área que dejó sin opciones a Thibaut Courtois.
La jugada fue una sucesión de pases que no le dio respiros al Merengue. En ese avance, Ivan Rakitic abrió con Ousmane Dembélé y el francés amagó con éxito ante un agotado y superado Nacho. Lucas Vázquez no llegó y al momento del centro todos se centraron en la figura de Suárez, que ya llevaba un hattrick, tenía el balón bajo sus brazos y el arrastre de las marcas. Así encontró su mejor lugar Vidal, libre entre Sergio Ramos y Marco Asensio. Ante un mar de pasividad. Para poner la guinda y sacarse de encima la rabia de su presente como un eje secundario del entramado culé.