En las redes sociales del mundo occidental, Yasushi Endo se recuerda, sobre todo, por aquel golazo de taco que convirtió en la victoria ante Atlético Nacional por 3 a 0, en el juego correspondiente a la semifinal del Mundial de Clubes de 2016. Este volante, emblema de aquel y de este Kashima, había marcado también en los cuartos de final del mismo certamen (triunfo frente a Mamelodi Sundowns por 2 a 0) y se había destacado en la final ante Real Madrid (derrota por 4 a 2), equipo que volverá a ver en la semifinal de la actual edición del torneo. Sin embargo, durante los últimos años, su tarea más importante aparece cuando se quita las botas: se convierte en un voluntario para continuar ayudando a la región de Tohoku a recuperarse del terrible terremoto y el terrible tsunami que devastaron el noreste de Japón, en marzo de 2011.
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Cuando termina la temporada y finalizan así sus tareas como futbolista, Endo pasa a participar en actividades de voluntariado. “Voy a hacer todo lo posible para que no se olviden las zonas afectadas por el desastre. Seguiré haciéndolo con otros miembros de la organización”, avisó hace ya dos años, en una entrevista ante los micrófonos de FIFA.com. Una tragedia como la que padeció su país (se confirmaron 15.893 muertes, hubo 2.556 desaparecidos, incontables heridos e incontables destrozos) no se arregla de un día para el otro. Endo sabe que, entre otras virtudes, debe resaltar la paciencia.
A sus 30 años, tras toda una trayectoria en el mismo club (debutó en 2007), quiere ahora que el pueblo sufrido de Tohoku, sobre todo, tenga una gran alegría del corazón para continuar su lucha con más fuerzas. Irán con esa fe contra los dirigidos por Santiago Solari…