Liverpool no pudo sacar diferencia en su casa en el juego de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones de Europa ante Bayern Múnich, empató 0-0 y ahora se aferrará a lograr un gol de visitante para eliminar al club bávaro. Kovac le ganó el duelo técnico a Klopp.
Una de las principales fortalezas de Liverpool es la conexión de sus tres hombres de ataque: Mané, Salá y Firmino. Aquel equipo que logre desconectar a estos jugadores y no dejarlos jugar, habrá hecho un buen negocio. Así lo planteó Niko Kovac y así le salió. Claro que la noche hubiera sido redonda si hubiera logrado algún gol de visita y no el 0-0 final.
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Liverpool dominó la pelota en gran parte del juego y fue el equipo que más insistió en ataque, no obstante, el orden de los alemanes fue clave. En la primera parte los locales tuvieron dos claras opciones de gol, pero no fueron efectivos. Con el paso del tiempo, los visitantes se sintieron cómodos y lograron entrar en una zona de confort, pendientes de algún error de los reds, que nunca apareció.
El volante colombiano James Rodríguez fue titular con Bayern y cumplió con una aceptable presentación. En generación de fútbol no fue mucho lo que aportó, sin embargo, tuvo sacrificio en defensa y cada vez que le tocó bajar a dar una mano lo hizo bien. Al minuto 87 salió por Renato Sánchez. Poco a poco se va ganando la confianza del técnico Kovac.
El próximo 13 de marzo se jugará el partido de vuelta en el Allianz Arena de Múnich, en donde el club alemán deberá cuidarse de no recibir goles en condición de visitante. Uno de estos dos grandes de Europa avanzará a los cuartos de final.