Arturo Vidal hace gestos con sus manos. Desconcentra, en la misma jugada, a Isco, que intentaba superar su resistencia parta así filtrar un balón que pudiese acariciar el ansiado empate para el Real Madrid. La acción contiene, además, un pedido de penal por un despeje de Gerard Piqué a milímetros de Marco Asensio, y un pase en profundidad del chileno, que a la larga termina desaprovechado por la ofensiva blaugrana o, mejor dicho, apaciguado por la defensiva merengue, que respira después del lateral.
Está en todas el chileno, elegido por Ernesto Valverde para ponerle la rúbrica de los puntos -y casi que de LaLiga-. En la siguiente trepada local en el Bernabéu, Vidal impide que avance Sergio Reguilón. Y tras la reposición de Sergi Roberto, se muestra para darle juego y oxígeno al medioterreno. Dirige en la cancha. Le pide a Sergi que no descuide a Reguilón pero a la larga se encarga del lateral y de Isco con una mano arriba. No tenía otro compañero en esa zona de marcaje. Y ter Stegen vuela antes de evitar todo peligro con sus puños.
Arturo Vidal lleva nueve minutos en cancha y es la primera opción pase de Piqué y el receptor de Sergio Busquets. En su búsqueda por la salida, casi le intercepta el balón Asensio, pero para penuria madrileña todo acaba con una tarjeta amarilla para el delantero español que todavía no reemplazó a Cristiano Ronaldo.
Hay un córner. Vidal lo saca del área de cabeza. En la siguiente sale del área y frena a Asensio. La recupera el Madrid y Vidal lo hace para el Barça ante Reguilón. Cuando duda lo asiste Sergi. El pase es del llegado desde el Bayern, aéreo, para correr el sueño de Solari.
Venía de poner la guinda en el último enfrentamiento liguero
Trepa Vinicius Júnior. Otra vez intercepta Vidal y juega los culés. Así se anima, mientras el fútbol está en la izquierda, a sumarse al ataque desde la derecha. Acusa una falta de Sergio Ramos en el área. Es un codazo. Nada dice el casi retirado Undiano Mallenco y entonces retoma su labor defensiva. Pegado a la diestra, siendo el principal apoyo de Sergi. Se observan y se entienden. Reguilón está por pisar línea de fondo y Vidal extiende su pierna para acertar y quitar.
Ama estar cerca del arco rival. Y su despliegue lo valida. En el último minuto del Clásico toca de primera, se interna en la zona de Courtois, recibe de Coutinho y asiste a un Messi que prueba a su zurda por última vez. Se va ancha. Casi otra de sus asistencias para el 10. Entonces vuelve, revienta la pelota cuando Reguilón pretendía avanzar y generar algo. Repone el Barcelona, Vidal amaga a patear y se mueve para que lo haga Piqué. Arriba. Los puntos viajan con Vidal y los suyos. Los números fríos indican una precisión del 72%, cinco entradas con éxito, una ocasión y una falta. En lo concreto es un todocampista sin ánimo de decaer en su lucha.