El Atlético de Madrid recupera las buenas sensaciones tras el tropiezo frente al Barça. Después de saber del empate de los catalanes en Huesca, el conjunto rojiblanco manejó los tiempos a su antojo para derrotar a un Celta de Vigo que, una vez más, volvió a echar de menos a Iago Aspas. Y si bien el objetivo de la Liga parece ya casi imposible, los colchoneros dejaron claro que no piensan apearse de la segunda plaza.
Simeone llegó a la cita con una convocatoria de circunstancias, cuyo reflejo fue la pareja de centrales formada por Toni Moya y Montero. Aunque los locales mostraron mejor cara en la primera parte, la falta de profundidad sin un nueve puro les impidió sacar algo más. Y de milagro no les pasó factura, pues Jan Oblak volvió a emplearse a fondo para cortar con espectacularidad las dos únicas ocasiones del Celta: una media chilena de Boudebouz y un remate al primer toque de Boufal.
Con todas las dificultades que estaban teniendo para llegar al área, Vitolo aprovechó su titularidad para forzar una falta de Cabral que terminó suponiendo el primer gol del partido. Cuando quedaban tres minutos para el final, Griezmann se sacó de la chistera un remate de falta directa con el que superó a Rubén a la altura del larguero.
En la reanudación el Celta de Vigo, consciente de lo que se jugaba, adelantó líneas. Escribá no se atrevió a cambiar el dibujo, pues Maxi Gómez se mantuvo como único punta, pero lo cierto es que los gallegos quedaron muy expuestos atrás. Y con Álvaro Morata fresco desde el banquillo, el delantero fue el encargado de firmar la sentencia al contragolpe: Rodri recupera, Morata se tira la pared con Griezmann y se escapa por velocidad para superar a Rubén. Sin Diego Costa para el resto del curso salvo sorpresa, hoy dio un golpe sobre la mesa.
Aunque todavía quedaba un cuarto de hora por jugar, el gol de Morata dejó prácticamente sentenciado al conjunto celeste. Tanto él como Griezmann llegaron a gozar de alguna contra peligrosa más, aunque la del francés fue despejada en el último suspiro por Olaza. Después de sacar siete puntos de nueve posibles, el Celta no ha logrado dar la sorpresa que le hubiera permitido alejarse del descenso.