Alfredo Arias llegó a Universidad de Chile entre las “sombras”, justo cuando Frank Kudelka estaba pasando por un irregular momento deportivo. Por eso es que su arribo a la “U” fue polémico, al acordar su contrato habiendo un DT establecido.

Es más, cuando se le consultó cómo había negociado su contrato, negó de plano que esto hubiese sido cierto, pero posteriormente se ratificó este movimiento.

Luego con el buzo de la “U” nunca mostró una autocrítica por la forma en que jugaba el equipo, y el poco entendimiento y efectividad del plantel. Un trabajo deficiente que le costó el trabajo a Arias, siendo el décimo despedido en 7 años.

Y su salida del CDA, donde llegó a firmar su finiquito, no fue distinta al cómo llegó, puesto que luego de estampar su rúbrica y despedirse de los jugadores, su salida no fue por el portón principal de acceso, sino que lo hizo por una puerta lateral, sin dialogar con la prensa.

Un adiós amargo para el DT, quien no logró convencer ni gustar con su propuesta de juego.