La última media hora del O’HigginsColo Colo en Rancagua contó con la presencia de Jorge Valdivia, el 10 del Cacique que no veía acción desde mayo. Pero su equipo hizo los méritos para apenas conformarse con seguir en el segundo lugar, a kilómetros de Universidad Católica. En rigor no alcanzó a ser media hora, porque sus reclamos le valieron una tarjeta roja de parte de Ángelo Hermosilla antes del minuto 90.

El equipo de Mario Salas apenas atrajo peligro hacia el pórtico defendido por Luis Ureta, responsable de relevar a Miguel Pinto. Por fuera fue infructuoso, desde que entró Andrés Vilches se partió en dos y olvidó que desde el mediocampo se construyen las llegadas. Suazo se quedó en la soledad absoluta cuando se prescindió de Provoste y Valdés. Apenas Costa y Mouche probaron con remates. Y el líder del cuerpo técnico, que cuando entró el Mago le pidió a los suyos “más ritmo”, vivió entre reclamos y puso todavía más en riesgo las confianzas con otra derrota. Gracias a que el resto de los escoltas cruzados tampoco hacen las tareas y suman para entrar a la zona de Copa Libertadores, el albo se sostiene como escolta.

El local armó una fiesta. Sin el suspendido Fantasma Figueroa tomó el mando en El Teniente Andrés Rozo. Y desde un comienzo fue más incisivo y claro en sus objetivos. Agustín Doffo y Facundo Castro se lucieron cambiándose de bandas y aportando en todas las facetas del juego. Tomás Alarcón cubrió la medular con la clase característica que permite consignarlo entre los del futuros de la Selección de Chile. Marcos Sebastián Pol se ganó los aplausos de la trinchera celeste por su lucha y la cobertura de los espacios, mientras que Paulo Magalhaes, ex Colo Colo, sentenció a su rival de turno en la media hora con un cabezazo en el que se impuso al marcador, Juan Manuel Insaurralde, y a una salida fallida de Brayan Cortés. En la generación aportaron Ramón Fernández y Roberto Cereceda, otro par que pasó por Macul y levantó copas allí. Una muestra de fragilidad más ofreció el Popular y el Ohi Ohi se cuadra con su batalla por entrar a torneos internacionales.