No será Napoli. Mucho menos Juventus. Ni siquiera Boca, esa opción descabellada que se intentó instalar en las últimas horas. Mauro Icardi jugará en PSG, salvo que surja alguna catástrofe de último momento (que, por los protagonistas de la historia, nunca puede descartarse del todo). El argentino, incluso, ya está en camino a París junto a su esposa y representante, Wanda Nara, para hacer oficial la operación.
En el último día del mercado, Inter logró un acuerdo con el equipo parisino para ceder a préstamo por una temporada al delantero y logró desactivar una bomba que estaba a punto de explotar: tras un larguísimo verano, lleno de versiones y contraversiones, el jugador había decidido demandar al club para que lo reincorporasen al plantel, del que había sido apartado apenas llegó Antonio Conte. Con esta salida, Nara ya adelantó que el reclamo se cerrará.
Si bien el conjunto milanés esperaba lograr una venta definitiva, al llegar el cierre de la ventana de fichajes tuvo que conformarse con una cesión con opción de compra, que según Sky Sports ascenderá a los 70 millones de euros. Para esto, Icardi deberá renovar su contrato con el club italiano por un año más: como su vínculo se vence en junio de 2021, la directiva lombarda no podía arriesgarse a que el futbolista eligiera forzar su libertad de acción tras una temporada fuera. Así, en la noche del domingo hubo acuerdo con la esposa-representante y los papeles se firmarán junto al contrato con el equipo parisino. No antes.