Muchas versiones han girado en torno al regreso del jugador a la Casa Blanca, algunos señalan que el club no recibió una oferta suficiente para dejarle ir, otros comentan que ante la ola de lesiones que aqueja al club no hubo otra alternativa que conservarle y por último están los que estuvieron atentos a las palabras de Carlos Queiroz, técnico de la Selección Colombia, quien durante rueda de prensa señaló: “James está en el Real Madrid que es lo que quería, espero que sea feliz”.

Y es que al volante cafetero se le ve radiante, a pesar de estar lesionado, su actitud es distinta a la del jugador que se fue hace un par de temporadas, lejanos parecen los días en los que importaba más portar la camiseta con el 10 que estar en el XI titular, despojado de cualquier tipo de ego, James se ve feliz de regresar, a sabiendas de que debe ganarse el favor de Zidane a fuerza de trabajo, talento y mucha entrega.

Su sorpresivo regreso a entrenamientos el día martes es la mejor prueba de su voluntad y de que ha aprendido la lección que en un principio le habría alejado del club de sus amores, que el trabajo duro rinde frutos y que la preparación y exigencia, en ocasiones, se ponen por encima del talento nato.

Aquí estamos otra vez. 😁

Una publicación compartida por James Rodríguez (@jamesrodriguez10) el 4 de Sep de 2019 a las 6:39 PDT

Pocos valoran la valiente decisión que tomó el colombiano, que durante ese mercado eligió ser reservado, esquivó las críticas y le puso la cara y el pecho al entrenador Merengue, quien no ha tenido más remedio que reconocer su compromiso y gran talento, llegando a decir: “Estoy contento de tenerle”, algo utópico en el imaginario colectivo hace unos meses.

Sus compañeros le han abierto las puertas del camerino, mientras que la hinchada no ha parado de celebrar su regreso, pues a falta de una contratación espectacular, James ha venido a ser la grata sorpresa, en la que ponen sus esperanzas para la presente temporada, una responsabilidad mayor para el cucuteño, que primero debe hacerse a un lugar en la titular, para posteriormente dejarlo todo en cada partido y que su felicidad, ahora evidente, sea completa.