Universidad de Chile no se podía permitir empezar ganando y terminar cediendo puntos. Estaba última y dejó de serlo. Incluso, por diferencia de goles, salió de la zona del descenso y metió a su rival de esta noche, el Iquique del Pillo Vera. El ansiado segundo gol llegó sobre el término y consigo el respiro.
Marcos Riquelme aprovechó que estaba mal armada la línea del offside y cuando Leo Fernández lo vio libre cabeceó para abrir la cuenta. Apenas había comenzado el partido en un Estadio Nacional con 46 mil personas. Matías Donoso igualó con un libre directo. Se abrió la barrera, la rozó el retornado Johnny Herrera y se le escapó. Desde mayo que no jugaba por el campeonato y Hernán Caputto le devolvió la titularidad y la jineta.
La figura de la noche no tiene otro nombre que Sebastián Pérez. Su maratón de atajadas en el complemento, que incluyó una tarjeta roja a Matías Blázquez antes de la hora de compromiso, alimentó la ilusión del visitante que, sumando, se aferraba a los tres puntos de ventaja con respecto a los laicos.
El Zanahoria sacó aplausos con un achique a Jean Beausejour, un paradón a Leonardo Fernández tras un remate de derecha que iba ajustado, un manotazo ante el cabezazo de Riquelme y otro clave, con ambas extremidades, a Osvaldo González. La última pelota la acabó reventando Andrés Imperiale.
Leo Fernández también se atrevió con su zurda: le dio de primera y ancha tras recibir de Riquelme y, post cesión de NIco Oroz, con el borde interno la puso en el horizontal. Espinoza desvió en la misma. Y Johnny, el referente máximo, detuvo un cabezazo violento de Donoso.
Caputto optó por Jimmy Martínez para el desenlace, uno que por lesión perdió el protagonismo. Fernández lo habilitó y este percutó de media distancia. Al balón le cambió la trayectoria y lo metió en el arco de Pérez el capitán Mauricio Zenteno. Las lágrimas fueron celestes, la ilusión azul.