No habrá ninguna salchicha en la parrilla, ninguna cerveza que servir, ningún vendedor en las gradas ofreciendo maní ni Cracker Jack.

El reluciente estadio en el corazón de Texas tendrá que seguir esperando para el primer juego de los Rangers. En lugar de estar practicando para su debut con los Yanquis de Nueva York después de firmar un contrato récord de 324 millones de dólares y nueve años, Gerrit Cole está jugando a lanzar con su esposa en casa.

Dado que el inicio de la temporada de Grandes Ligas fue aplazado de manera indefinida debido a la pandemia de coronavirus, los estadios se quedarán vacíos este jueves en lo que se supondría sería el festivo inicio de la campaña.

“Te acostumbras a ver gente corriendo por todos lados el día inaugural. Tenemos más de 200 personas que trabajan en el estadio”, dijo Roger Bossard, jardinero que tiene 54 años trabajando con los Medias Blancas de Chicago. “Ciertamente es extraño cuando no hay nadie. Caminas por los pasillos o debajo de las gradas y no hay nadie, pero es entendible”.

Desde Baltimore hasta Miami en el Este, de San Diego a Seattle en el Oeste, y en otras 11 ciudades que recibirían juegos de inicio de temporada el jueves, no se llevarán a cabo encuentros. Tampoco ocurrirá en ninguno de los otros 15 estadios de las Grandes Ligas, por lo menos en un par de meses.

Después de que pospusieron un concierto de Chris Stapleton que serviría para inaugurar el Globe Life Park el 14 de marzo, sólo tres días después de que realizaron un evento abierto al público como estaba programado, los Rangers tenían planeado un juego de exhibición esta semana.

Su día inaugural en casa hubiera ocurrido el próximo martes, después de jugar la primera serie en Seattle.

“El parque estaba al 100% listo para abrir”, dijo Casey Rapp, gerente general de la nueva casa de los Rangers para la empresa Delaware North Sportservice, que se encarga de supervisar los establecimientos de 10 estadios de Grandes Ligas. “Eran las pequeñas cosas las que queríamos perfeccionar”.

Los concesionarios planean meses antes de abrir. Eso quiere decir que muchos productos, como hot dogs, bebidas embotelladas y comida congelada ya se habían entregado a los estadios antes de que se suspendiera la temporada.

“Definitivamente es distinto. Es algo nunca antes visto, que los grandes deportes dentro de Estados Unidos estarían cerrados al mismo tiempo”, dijo Ken Gaber, vicepresidente de operaciones de Delaware North Sportservice. “Personalmente es difícil. Creo que todos se sienten igual”.

Delaware North ha donado a organizaciones de beneficencia más de 18.500 kilos (41.000 libras) de comida, incluyendo productos perecederos que habían sido enviados a los estadios de béisbol que operan y a los concesionarios de otros centros, incluyendo arenas de la NBA y la NHL (el hockey sobre hielo) que fueron cerrados repentinamente a la mitad de temporada.

Para la mayoría de las personas el nuevo coronavirus sólo provoca síntomas leves o moderados como fiebre y tos que desaparece en dos o tres semanas.

No hay ningún reporte de peloteros de las mayores que hayan dado positivo del nuevo coronavirus. Dos jugadores de las menores en los Yanquis de Nueva York sí contrajeron la enfermedad.

Esta semana, los Medias Rojas cerraron todo su complejo de pretemporada en Fort Myers, Florida, tras informar que uno de sus peloteros de las menores había dado positivo.