La estrella del PSG, el brasileño Neymar, que acusó al jugador español del Marsella, Álvaro González, de insultos racistas antes de su expulsión al final del Clásico del domingo 13 de septiembre (0-1), entonó un mea culpa y lanzó un llamado a la calma este lunes 14 de septiembre en Instagram.

«Me quedo triste por el sentimiento de odio que podemos provocar cuando en el calor del momento nos rebelamos», escribe el delantero brasileño, manteniendo sus acusaciones de racismo hacia el español del OM.

«¿Debería haberlo ignorado? No sé todavía. Hoy con la cabeza fría digo que sí. Sin embargo, mis compañeros y yo pedimos ayuda a los árbitros y nos ignoraron… ¡Ese es el punto!», se justificó la estrella del PSG.

«En nuestro deporte, agresiones, insultos, forman parte del juego, de la disputa, no puedes ser cariñoso. Entiendo eso en parte. Forma parte del juego, pero los prejuicios y la intolerancia no son aceptables», añadió.

«Yo soy negro, hijo de negro, nieto y bisnieto de negros también. Estoy orgulloso y no me veo diferente a nadie. Ayer quería que los responsables del juego (árbitros, asistentes) se posicionasen de forma imparcial y entendiesen que no hay cabida para tal actitud de prejuicio», señaló.

«Acepto mi castigo porque debería haber seguido en la disputa limpia del fútbol, pero espero por el otro lado que el defensa también sea castigado. El racismo existe, pero nosotros tenemos que decir basta, que no haya más, es suficiente», detalló.

«Ayer, perdí en el partido y me faltó sabiduría», acotó Neymar, que ve una «obligación» el hecho de «pacificar este movimiento antirracista para que los menos privilegiados puedan ser defendidos», concluyó Neymar.

La comisión de disciplina de la Ligue de Football Professionnel (LFP) francesa decidirá el miércoles sobre las cinco tarjetas rojas mostradas al final del partido para determinar el número de encuentros de suspensión a Neymar, Layvin Kurzawa y Leandro Paredes, del PSG, y Darío Benedetto y Jordan Amavi, del Marsella.