Las Grandes Ligas de béisbol rendirá homenaje a la leyenda de los Yankees de Nueva York, Lou Gehrig, con una celebración anual de la estrella de los años 1920 y 1930, que murió de esclerosis lateral amiotrófica (ELA).

Cada 2 de junio, a partir de esta temporada, será el «Día de Lou Gehrig» en la MLB, anunció la liga este jueves, con eventos que recordarán al primera base del Salón de la Fama y crearán conciencia sobre la ELA, la enfermedad que le quitó la vida y se hizo conocida como «La enfermedad de Lou Gehrig».

El 2 de junio fue elegido en parte porque marca el día en 1925 en que Gehrig se convirtió en el primera base titular de los Yankees, comenzando así una racha de 2.130 juegos consecutivos, una carrera que le valió a Gehrig su apodo de «Iron Horse» (Caballo de hierro).

Henry Louis Gehrig fue diagnosticado con ALS en su cumpleaños número 36, el 13 de junio de 1939, después de varios meses de mal rendimiento y una misteriosa fatiga que lo obligaron a sacarse él mismo del lineup de los Yankees el 1ro de mayo de dicho año. En ese momento terminó su entonces récord de partidos consecutivos jugados en Grandes Ligas de 2,130 (desde entonces superado por Cal Ripken Jr. en 1995). Tras el diagnóstico, se retiró Gehrig con 493 jonrones, 1,995 empujadas, 1,888 anotadas y OPS de 1.080. En esa última categoría, está tercero en la lista de todos los tiempos detrás de su compañero de equipo en Nueva York, Babe Ruth (1.164) y Ted Williams (1.115).

Cuando los Yankees realizaron el primer “Día de Lou Gehrig” el 4 de julio de 1939 en el Yankee Stadium, Gehrig dio uno de los discursos más famosos en la historia del deporte profesional.

“En las últimas dos semanas, ustedes han leído sobre algo de mala suerte”, dijo. “Sin embargo, hoy me considero el hombre más suertudo en la faz de la tierra”.

Falleció Gehrig menos de dos años después, pero su legado ha perdurado y ha sido una figura celebrada siempre. Y para los afectados por ALS, lo ocurrido con el “Caballo de Hierro” es un recordatorio de cómo la enfermedad puede hundir hasta al que parece más infatigable.