La Selección Colombia demostró que no depende de sus grandes referentes para jugar bien y ganar, una gran virtud de Rueda.

Son los ídolos y referentes, líderes dentro y fuera de la cancha, son importantes y los quisiera cualquier equipo o selección, pero tampoco son indispensables. La Selección Colombia logró firmar una muy buena presentación con su respectiva victoria ante Perú sin la presencia de dos gigantes: James Rodríguez y Radamel Falcao García por las razones ya conocidas.

Suplir las ausencias y lograr que los dos vacíos fueran bien ocupados, fue uno de los tantos aciertos de Reinaldo Rueda con el plantel en la noche del jueves en Lima. El experimentado técnico echó mano del grupo para plantear un 4-4-2 inteligente, efectivo y productivo, aprovechando pequeñas y conocidas sociedades empezando por la de Zapata – Muriel en el frente de ataque.

Se sumó un Juan Guillermo Cuadrado destellante -como hace tiempo lo reclamaba la Selección- para cargar con buena parte de la carga creativa del equipo. Al principio no fue tan claro y al jugar por el centro encontró resistencia. Luego encontró los aliados en Uribe, Cuéllar, Medina, Díaz y Muriel para repartir el trabajo y conformar un bloque capaz de generar peligro en el arco inca con el hombre de la Juventus liderando la armada.

Si bien Perú no fue la mayor de las medidas, tampoco se puede menospreciar lo mostrado por Colombia. En los juegos ante equipos supuestamente menores también hay que marcar diferencia y suplir las adversidades, algo que la Tricolor supo hacer con buenos méritos. El colectivo destacó por encima de las individualidades presentes y ausentes, algo que se deberá ratificar ante Messi y su banda para dar un certero golpe a favor.

Indiscutiblemente tanto James como Falcao estarán en la Selección con Reinaldo Rueda, ojalá en un futuro muy próximo. Negar la trascendencia e influencia de ambos sería necio, pero el 3-0 en Lima pese a no tenerlos, sí deja un buen respiro para cuerpo técnico y aficionados, ilusionados en que el camino hacia Qatar aún se puede recomponer para hacer olvidar el desastre que dejó Queiroz.