España se clasificó para la final de la Liga de Naciones al derrotar 2-1 a Italia, rompiendo su récord histórico de 37 duelos sin perder y cobrándose una pequeña revancha de la semifinal de la Eurocopa perdida hace tres meses, este miércoles 6 de octubre en Milán.
La Roja aprovechó la conexión entre Mikel Oyarzabal, asistente dos veces desde la izquierda, y Ferran Torres, que remató a gol con la derecha y con la cabeza. Italia acortó diferencias en la recta final con un tanto de Lorenzo Pellegrini en el 83′.
«La clave ha sido la personalidad y la osadía de ir a buscar el partido. Hemos estado muy bien en encontrar los resquicios en su presión», analizó el seleccionador español Luis Enrique.
Justo antes del segundo gol español, Italia perdió a su capitán Leonardo Bonucci a los 42′, que vio una segunda amarilla por un codazo a Sergio Busquets en un salto.
«No se trata de culpar a nadie, pero creo que la roja tuvo un gran impacto en el resto del partido. Hasta entonces tuvimos opciones», señaló el seleccionador italiano Roberto Mancini.
Con esta derrota Italia, que ganó la Eurocopa en julio pasado, cerró su racha récord en el fútbol de selecciones de 37 partidos de perder, más de tres años desde que cayera con Portugal en septiembre de 2018.
España jugará el domingo también en Milán la final ante el vencedor del Bélgica-Francia, que se disputa el jueves en Turín.
Abucheos a Donnarumma
Tras un protocolo de partido grande en San Siro y ante 36.000 espectadores -debido a las restricciones sanitarias-, ambos equipos demostraron que tenían demasiadas cuentas que saldar.
Espoleada por su espectacular entonación del ‘Fratelli d’ Italia’, el equipo local comenzó más compacto ante una España que multiplicaba las pérdidas en la salida de balón.
Una de ellas le pudo costar caro pero Federico Chiesa, enorme en el calentamiento mostrando potencia y precisión con las dos piernas desde fuera del área, se topó con una buena estirada de Unai Simón.
Poco a poco España fue encontrando automatismos, a imagen de Gavi, que batió el récord de precocidad con la Roja a sus 17 años y al que no le pesó la 9, valioso en las ayudas defensivas, escurridizo entre líneas y seguro con el balón en los pies.
«Juega como en el patio de su casa, es totalmente anormal que haya un jugador con esa personalidad y ese fútbol a los 17 años», le dedicó Luis Enrique.
Italia aguaba su propia fiesta con los abucheos desde la grada a su arquero Gianluigi Donnarumma, al que no le perdona que se marchara libre al PSG sin dejar un euro en el Milan, el club que lo formó.
Sufría el gigante de 22 años, mejor jugador de la pasada Eurocopa, héroe en los penales ante España e Inglaterra en la final. En el 19′ se le escapó de las manos un balón tras una potente volea de Marcos Alonso y el palo salvó el 2-0.
Dos minutos antes Ferran había entrado en el área para mandar rematar el balón y hacer el 1-0, ante un centro tenso de Oyarzabal.
Con un portero hundido por su propia hinchada y el interista de 22 años Alessandro Bastoni como único central por la expulsión de Bonucci, llegó el 2-0 en el 45+1′.
Yéremy Pino, otro juvenil descarado
Esta vez Oyarzabal optó por la sutileza en lugar de por la potencia para dejar un balón en la testa del segundo. El ‘falso nueve’ de Luis Enrique alcanzó 12 goles en 21 partidos.
Italia se iba al vestuario desquiciada. Había tenido ocasiones, como el incomprensible remate fuera de Lorenzo Insigne al 35′, pero España la castigaba con la eficacia que le faltó hace tres meses en Londres.
En la segunda parte Mancini recompuso a su tropa dando entrada al veterano capitán Giorgio Chiellini como central y alma para intentar la remontada.
Luis Enrique, por su parte, retiró al goleador Torres y dio la alternativa a otro juvenil, Yéremy Pino, de 18 años.
El canario no desaprovechó la oportunidad y dejó un regate magnífico para servir a la cabeza de Oyarzabal, cuyo remate lamió un poste en el minuto 63.
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Parecía que el partido no daba más de sí, pero un córner español se convirtió en el gol de Pellegrini tras una conducción de Chiesa. Quedaban casi 15 minutos de emoción. España aguantó e Italia se quedó sin récord.