La derrota en el ‘Dall’Ara’, la enésima tras una jornada de Champions, ha puesto en evidencia todos los límites de un equipo, el dirigido por Simone Inzaghi, que chocó contra el muro de la ineficacia ante el Bologna algunos de sus automatismos. Porque este Inter va así: por automatismo, calculado al milímetro y a la milésima.

Lo que por un lado es un mérito, si se piensa en la capacidad de anotar incluso en partidos muy cerrados: un “pro” que Inzaghi ha consolidado a lo largo de su carrera, convirtiéndolo en motivo recurrente de sus experiencias en los banquillos. De Lazio e Inter: en definitiva, un requisito para la conquista de los títulos ganados.

“Tenemos fe en Inzaghi, pero tiene que hacer más”.

Las palabras del administrador delegado nerazzurro, Giuseppe Marotta, en una entrevista a Sky Sport, hacen eco y siguen un camino que, de alguna manera, debe encontrar un cambio en términos de continuidad. El objetivo sigue siendo la zona de la Champions League, y paralelamente la conquista de otro título, la Coppa Italia. Sin olvidar que, mientras esperamos el regreso a Portugal, las esperanzas europeas no solo están vivas, sino también sólidas.

Será necesario un cambio drástico en el enfoque de los partidos, incluso aquellos “no decisivos” que pueden decidir, luego, parte de la temporada en la Serie A: el partido contra el Bologna es el ejemplo perfecto.

Pero, ¿qué no funcionó contra el rossoblù? Partamos de un dato: el Inter es el penúltimo equipo del campeonato en términos de número de regates exitosos por partido (4.9), solo por delante de la Cremonese (4.7). No se salta al hombre: es una cuestión de individuos.

Excluyendo a Joaquín Correa, que de todos modos no está disponible, los nerazzurri intentan crear superioridad numérica con los automatismos ya consolidados durante los meses, también “heredados” de Antonio Conte. En este sentido, haber recuperado completamente a Romelu Lukaku y haber recombinado la “Lu-La” es una buena noticia.

Pero hay otro número que el Inter no puede ignorar y que se refiere a su mejor goleador en la liga: Lautaro Martinez. Cuando el “Toro” no está en su mejor forma, el equipo de Inzaghi se atasca.

Y también se atasca, especialmente en términos de resultados: aparte de la derrota contra la Lazio al comienzo de la temporada, en la que marcó un gol, en las otras seis derrotas en la Serie A del Inter en esta temporada, Lautaro nunca ha marcado un gol. Este es un símbolo de una especie de “dependencia” del rendimiento goleador de un delantero que, después de regresar del Mundial en Qatar, ha legitimado su importancia en el equipo de Simone Inzaghi, quien, sin embargo, para dar el salto en términos de madurez, debe liberarse del “Toro”.