Cuando la Roma y la Juventus salten al campo del Olimpico para el gran partido de la 25ª jornada de la Serie A el domingo, uno de los veintidós protagonistas se llenará de emociones y recuerdos: estamos hablando de Paulo Dybala, ex jugador blanco y negro hasta la temporada pasada antes del fichaje mitad de año por el equipo de la capital.

En realidad, el argentino ya alcanzó la cima emocional el 27 de agosto de 2022, también en el Allianz Stadium que unas semanas antes había sido su casa: fue un 1-1 en el que también dejó su firma, reconocible en la asistencia de volea para el empate final, que convirtió Abraham, en respuesta a la ventaja inicial de Vlahovic con una bonita falta directa.

La Juventus nunca puede ser un club cualquiera a los ojos de Dybala, independientemente de qué lado quiera enmarcar una historia de amor que duró siete temporadas: 115 goles, 12 trofeos pero también algunas secuelas que surgieron en el momento del divorcio oficial, en en definitiva, cuando se entendió que la relación ya no continuaría.

Una ‘Joya’ primero ‘seducida’ y luego ‘abandonada’, con una rica renovación propuesta en otoño de 2021 cuando el fichaje parecía hecho: Juventus y sus directivos tomaron entonces un rumbo diferente al final feliz, en el culmen de reflexiones que recomendaron la interrupción de la relación a pesar de que estaban todas las condiciones para otro largo matrimonio.

Para añadir más ‘veneno’ al final de la historia, también la petición de indemnización realizada por la comitiva de Dybala, según informa ‘La Gazzetta dello Sport’: una jugada que se encuadra en un delicado marco relativo a los 3,7 millones adeudados al argentino , es decir, unos meses de la temporada 2020/21 cuyo pago se habría aplazado como parte de la famosa ‘maniobra salarial’ operada por el club juventino.

“Cuando hicimos el acuerdo para el cambio de salario -palabras de Dybala durante el interrogatorio con la Guardia di Finanza el 21 de febrero, relatado por ‘Rosea’- sabíamos que si todavía tenía contrato, los salarios atrasados ​​se pagarían con un aumento en los siguientes, si me iba en cambio me tenían que pagar inmediatamente. Sé que en abril de 2023 la Juventus tendrá la última oportunidad de pagar esos 3 millones aproximadamente”.

De los documentos surgidos de la investigación de Prisma se desprendería que esos 3,7 millones adeudados a Dybala estaban incluidos en el presupuesto 2021/22 bajo la partida ‘fondo de riesgo’: el contrato de garantía privada, firmado por el club y por el jugador y encontrado por los investigadores, no habría sido depositado en la Liga.

En definitiva, viejas secuelas siempre vigentes desde el punto de vista judicial, pero que no condicionarán a Dybala cuando, en la noche del domingo, vuelva a desafiar uno de los capítulos más importantes de su carrera, así como de su vida, dejando de lado cualquier cosa que no tenga que ver con el .ver con el futbol jugado.