Siete entrenadores en quince años para ganar cero títulos. Desde la marcha de Pocchetino, sin un técnico que aguante una temporada completa. Y con una última víctima como es Antonio Conte, que aguantó cincuenta y seis partidos de los que ganó treinta y dos. Y ciao.

El detonante fue más la rueda de prensa post partido frente al Southampton que cualquier traspiés deportivo. Aunque la tendencia era claramente a la baja. Eliminados en la FA Cup por el Sheffield United, cayendo en Liga de Campeones frente al Milan sin conseguir anotar un sólo tanto tras más tres horas de juego, y una derrota contra el colista en LIga. El equipo no funcionaba demasiado bien. Pero tampoco tan sumamente mal.

Las quejas de Conte en St.Mary´s eran fundadas. Aunque no entonadas de la manera correcta. El Tottenham es un equipo segundón en Inglaterra por detrás de los verdaderamente grandes. No aprovechó el enaltecimiento del club labrado con Pocchetino tras años de ardua labor, despidió a Mourinho antes de jugar la final de la Copa de la Liga en 2021 (su única opción de título en tres años) y no aguantó a Nuno Espirito Santo tras superar la parte más difícil del calendario y tener un panorama asequible en diciembre y Navidad.

La toma de decisiones es errática. Se entregó el poder del club a Conte. Y los fichajes que el italiano quiso (Kulusevski, Bentancur, Romero, Perisic, Bissouma, Porro…). También se desechó al que no quiso (Spence). Todo fue a su antojo y no llegó a triunfar. Pero tampoco a fracasar. Intentar justificar la mediocridad del curso por esta vicisitud y la rabia del entrenador italiano en rueda de prensa sería la última tropelía de Daniel Levy para evadir responsabilidades y no diversificar culpas.

Por si fuera poco, el relevo del técnico transalpino es su propio ayudante, Stellini. ¿Qué mensaje deja eso a club y afición? ¿Es un nuevo proyecto o no? ¿Es suficiente algo así para garantizar o, simplemente, intentar conseguir el cuarto puesto que da acceso a la Liga de Campeones? El mensaje es difuso. Esta semi transición no parece un fin de ciclo ni el inicio de uno nuevo. Es la nada.

Y eso, en un entorno tan salvaje y ultracompetitivo como es el de Inglaterra es la muerte de un club.No sólo sus rivales del top 6 siguen reconstruyéndose y/o perfeccionándose, sino que otros equipos como Newcastle United, Brighton&Hove Albion o Brentford merodean la mitad alta de la tabla por si un milagro se da. Y su planificación y sentido común les puede acercar más a ello. Son cosas que el Tottenham no tiene.

Mourinho ganó títulos en todos los equipos en los que estuvo menos en el Tottenham. Igual con Conte. ¿Casualidad? Suena insuficinete agarrarse a una explicación tan simplona ante dos expedientes de tanto peso.En esa pléyade de interrogantes está el Tottenham. Muchas preguntas, pero realmente en la nada.