A diferencia de lo que ocurre en las rondas anteriores de mano a mano, la final de la Copa Libertadores no contempla el “gol de visitante”. Es decir, si la serie que disputarán Boca y River finaliza igualada al cabo de 180 minutos, no se toman como “doble” los tantos anotados en el campo rival.
La otra gran diferencia de la llave que define al campeón de América, respecto a las etapas previas, es que en este caso sí hay dos tiempos suplementarios de 15 minutos en caso de haber empate luego de los dos encuentros y no directamente la serie de penales.
La definición desde los 12 pasos es el último método de desempate, si luego de ese tiempo extra de 30 minutos tampoco hay un ganador. La última vez que la Copa Libertadores necesitó de los penales para definirse fue la del 2013, en la que Atlético Mineiro derrotó a Olimpia.