Universidad Católica entró a la cancha a disputar su compromiso contra O’Higgins con la primera opción de campeonato, y lo hizo acumulando ocasiones de gol desde la cancha y nervios que se convirtieron en desahogo desde las tribunas, que lamentaron los balones y llegadas perdidas y las decisiones del opaco juez Roberto Tobar, pero explotaron de emoción con el gol de José Pedro Fuenzalida que extiende la agonía hasta la fecha final.
Los pupilos de Beñat San José no le apuntaban al arco de Miguel Pinto, que se cansó de perder tiempo en las reposiciones cuando fue castigado con amarilla. El impulso inicial tuvo que ver con un par de tiros livianos de Andrés Vilches, un derechazo de Fuenzalida que no tenía marcaje y pasó desviado y el penal que Pinto le atajó a Luciano Aued, el especialista desde los doce pasos que esta vez vio cómo el ex U esperó con calma por una zurda débil y anunciada y la despejó. Todo hasta, claro, el tanto del Chapa al borde del entretiempo. Vilches vio bien ubicado a su capitán y no dudó en la entrega. El 19 tampoco con su diestra.
Tobar estuvo fatal cuando se trató de contactos en el área. El internacional no cobró dos penales muy reclamados y concedió el más abierto al debate. Tomás Alarcón metió la mano a escasos metros de su persona y la desestimó, Alejandro Márquez desplazó suave a un Sebastián Sáez que cayó con escándalo -en el que erró Aued- y un rebote, en el muslo y en el brazo, de Sáez quedó para el recuerdo pese a la insistencia en las protestas por parte del cuerpo técnico celeste que lidera Marco Antonio Figueroa.
En el segundo tiempo nadie salió a jugar ni a proponer fútbol de ataque, el marcador no se volvió a mover y por el empate de la U contra Iquique la UC quedó a un punto de su estrella 13. La irá a buscar a Temuco, a la vez que Universidad de Concepción, que está tres puntos más abajo de los franjeados, se jugará su chance frente a Colo Colo.