Tristeza total en Barranquilla. Junior estuvo cerca de alcanzar la gloria continental tras lograr el empate 1-1 en tierras brasileñas ante Atlético Paranaense, que fue más efectivo desde los doce pasos y se terminó quedando con el título de la Copa Sudamericana.
Partidazo en el Américo Guimaraes con dos equipos arriesgados y dejando la piel para lograr la gloria continental. El local salió con ímpetu, aprovechando el apoyo de su gente y la cancha sintética que en principio le costó a Junior para acomodarse en el campo.
Pablo Felipe abrió el marcador para Paranaense en el minuto 27 aprovechando una exquisita habilitación de Raphael Veiga tras un error defensivo de los de Comesaña. El gol despertó al Tiburón que despertó y de a poco se fue apoderando de la pelota y los tiempos del partido con Jarlan Barrera, Luis Díaz y un enorme Teo Gutiérrez.
Tanta fue la insistencia de Junior que por fin logró el empate (58′), obra de Teo , quien desvió sutilmente el balón con la cabeza en una jugada de tiro de esquina para vencer al golero Santos. El tanto le dio más fuerza al equipo barranquillero que se volcó con toda por la victoria con personalidad y buen fútbol, incluso tuvo varias oportunidades para sellar el título antes de los 90 reglamentarios pero le falló la puntería.
Con el 1-1 (2-2 en el global), la agonía se alargó hasta el tiempo extra, donde Junior pudo definir el título desde el punto penal tras una falta clara sobre González, pero Jarlan la mandó a la grada y la serie se alargó hasta la lotería de los penales, donde Paranaene fue más efectivo y se teminó quedando con la corona, la primera a nivel continental.