La historia de Paulo Dybala con Bayern Munich ya parece una tradición: cada vez que se acerca o se abre un mercado de pases, el nombre de la Joya se vincula al club bávaro. Incluso, en abril del año pasado, Karl-Heinz Rummenigge reconoció que el cordobés “es un jugador que se adapta a los criterios del Bayern”. Esta vez, incluso, la cuestión parecía tener más asidero por el complejo momento que atraviesa el argentino en Juventus. Sin embargo, los caminos de ambas partes están más lejanos que nunca, al punto que es posible asegurar que el club alemán no sólo no comprará ahora al delantero sino que no lo hará nunca.

En Munich saben que una operación para llevar a Dybala al Allianz Arena tendría costos similares a los que debió desembolsar Paris Saint-Germain para llevarse a Neymar de Barcelona. Y aunque quizás podrían acceder a ese dinero, el presidente del club Uli Hoeness ya dejó en claro que no están dispuestos a pagar los millones que vienen gastando PSG y los clubes ingleses en los últimos tiempos: el dirigente adelantó que la próxima contratación importante del Bayern estará en el orden de los “50, 60 o 70 millones de euros”, una cifra más elevada que lo que el club acostumbra a invertir en fichajes, pero muy lejana a los valores que manejan los demás.

La filosofía del club bávaro es trabajar de manera creativa para encontrar grandes contrataciones a costos más bajos de los que paga el resto del mercado. Incluso, el conjunto alemán respondió estos tiempos de transferencias a valores desmedidos con la inauguración de una ultra moderna academia de juveniles en la que invirtió lo que otros equipos pagan en un solo fichaje.

“De ninguna manera nosotros realizaríamos una operación como la de Neymar”, reconoció Hoeness recientemente. Por eso, aquella frase de Rummenigge suena más a una declaración de principios sobre la importancia del Bayern en el fútbol mundial que a un interés real en comprarlo.

FUENTE: OPTA