Terminó la historia del Bayern Munich en la presente edición de la UEFA Champions League y fue de la peor manera: goleado en casa por el Liverpool de Jürgen Kloop, con una pobre imagen colectiva e individual.
Dentro de esas individualidades, pesa por supuesto, la del astro colombiano llamado a ser protagonista en la ofensiva bávara después de varios partidos importantes con el equipo tanto en Bundesliga, como en la ida ante los Reds en Anfield.
Kovac dispuso de su tradicional 4-2-3-1 con James como volante ofensivo por el centro, rol que conoce a la perfección y que desempeña de gran manera en la Selección Colombia, sin embargo, no fue su noche. Gracias a Opta, el seguimiento a la producción de Rodríguez durante los 79 minutos que estuvo en cancha reflejan un mal partido tanto del jugador, como del colectivo, que no tuvo la ambición, contundencia y jerarquía que se le conoce.
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Contrario a su última presentación en la goleada 6-0 sobre Wolfsburgo, el ’10’ no tuvo remates al arco, ni asistencias (mucho menos gol), aunque hizo 5 centros. Completó apenas 47 pases (87.2% de efectivadad) pero solo 17 de ellos fueron en campo de los ingleses, lo que habla de la poca presencia del Bayern cerca del arco de Alisson y su defensa. No fue de extrañar su sustitución por Renato Sánchez, con un técnico desesperado, buscando una alternativa que tampoco fructificó.
La mala noche de James con los muniqueses llega en el peor momento posible: jugándose su continuidad en Munich, con la directiva dispuesta a pagar los 42 millones de euros al Real Madrid para quedarse con su pase, pero dependiendo del rendimiento que muestre en cancha. Si bien acumula nueve partidos seguidos como titular y en los ocho anteriores marcó cierta diferencia, se esperaba mucho más en un partido trascendental como este.
Jornada para el olvido por parte del crack, de sus compañeros (responsables también por la caída) y de Kovac. Solo el título de la liga alemana podría ser un bálsamo y un salvavidas para todos.