Esteban Andrada es sinónimo de seguridad absoluta desde que llegó al arco de Boca y mucho más desde la solidez que le imprime Gustavo Alfaro a la faz defensiva. Por eso, el 1 ya le apunta a los libros de historia del Xeneize y necesita un partido y un puñado de minutos para batir un récord que lleva cinco décadas.

Este domingo, con la valla invicta frente a Banfield, el ex-Arsenal y Lanús llegó a 688 minutos sin recibir tantos, desde aquel penal de Lucas Janson que significó el 2-0 de Tigre en la final de la Copa Superliga, a los 32 del primer tiempo. Pasaron los 58 minutos siguientes de aquella noche y, ya en la segunda mitad del año, la imbatibilidad: Huracán, Patronato, Aldosivi y Banfield por Superliga, más la serie contra Athletico Paranaense y la ida ante Liga de Quito por Libertadores, siete partidos completos, ya que el único gol sufrido por el equipo en el semestre fue el de Almagro en Copa Argentina, pero con Marcos Díaz como titular.

Con 672 minutos quedó en el camino la marca del Mono Navarro Montoya, la segunda máxima de la institución; por delante, solamente Antonio Roma, que en 1969 llegó a 782. Así, Andrada necesita volver a cerrar su valla contra los ecuatorianos y, en el esperado Superclásico, evitar el gol en los primeros cuatro minutos. Si lo logra, se anotará un poroto en la historia de Boca y podrá ir por más, la marca de 1075 minutos de Carlos Barisio en Ferro que Franco Armani no pudo alcanzar hace exactamente un año, cuando se quedó en 965.