Tras la Bundesliga, la Primeira Liga portuguesa se convirtió este miércoles 3 de junio en el segundo gran campeonato del fútbol europeo en volver tras el parón por la pandemia del nuevo coronavirus y lo hizo con derrota del líder Porto.
El equipo que entrena Sergio Conceiçao, que aventaja en un punto al Benfica, visitaba el estadio, sin público, de un Famalicao convertido en la revelación del campeonato.
El partido comenzó con un minuto de silencio en recuerdo de las víctimas del COVID-19 y pese a que el partido era a puerta cerrada, varios cientos de aficionados del Oporto viajaron a Vila Nova de Famalicao, a una media hora de la gran ciudad del norte del país, para apoyar a sus jugadores con cánticos desde las afueras del estadio, pese a la vigencia de las medidas de distanciamiento social.
Un error de Agustín Marchesín sirvió para que los locales abrieran el marcador. El arquero argentino pasó un balón a un compañero, pero Fabio Martins interceptó el pase y marcó a puerta vacía tres minutos después del comienzo de la segunda parte.
El delantero mexicano Jesús Manuel Corona empató a un cuarto de hora para el final al 74′ con un remate en el segundo palo, pero Pedro Gonçalves batió de nuevo a Marchesín con un disparo ajustado desde fuera del área en el 78′ para dar el triunfo al Famalicao.
La derrota del Porto puede suponer un cambio de líder si el Benfica derrota el jueves al Tondela del venezolano Jhon Murillo.
Antes, el Portimonense logró una victoria importante en su pelea por no descender, al imponerse en su estadio al Gil Vicente por 1-0, con un solitario tanto del joven brasileño Lucas Fernandes en el minuto 49.
Con esta victoria, el Portimonense ocupa la penúltima plaza (17), a tres puntos del Paços de Ferreira, que tiene un partido menos.
El campeonato portugués se reanuda en medio de estrictas medidas sanitarias y con los clubes enfrentados. Las autoridades querían reducir el número de estadios para disputar los partidos, pero al final 16 de los 18 equipos de la liga jugarán en sus canchas.
Las dos excepciones, que jugarán en cuartel general de la selección portuguesa, son el Santa Clara, club del archipiélago de las Azores que decidió instalarse en el continente para evitar idas y venidas, y el Belenenses, que ya no jugaba en su estadio histórico debido a un conflicto entre el club y la dirección del equipo profesional.
Otro ejemplo de este enrarecido ambiente es que la proposición de la Liga para autorizar cinco sustituciones está bloqueada por la oposición de un único club, el Maritimo de Madeira que, al contrario que el Santa Clara, seguirá jugando en su isla.
Otro motivo de enfrentamiento fue la intención de la organizadora del campeonato a televisar en abierto algunos partidos para evitar concentraciones de aficionados, pero clubes como el Benfica y el Braga se han opuesto para no perjudicar los intereses de lo operadores que les pagan sus derechos de retransmisión.