¡Argentina es campeón del mundo! ¡Lionel Messi es campeón del mundo!

Una final para el infarto con un ganador merecido. Una definición que llegó a los penales porque Francia no bajó los brazos después de 75 minutos de un baile infernal de la Albiceleste, que sufrió la remontada en los 90 reglamentarios y, cuando estaba de vuelta en ventaja en el alargue, de nuevo los Galos lograron un 3-3 épico, pero los penales tuvieron a los de Lionel Scaloni con toda la gloria y a Dibu Martínez de nuevo como héroe.

El partido argentino había sido impecable hasta que los franceses se despertaron. El primer tiempo era un equipo concentrado al máximo ante otro que veía pasar la pelota.

Presión, vértigo, intensidad, Argentina había hecho todo y se puso en ventaja con la clase de Leo para el penal y el contragolpe letal coronado por Di María. La superioridad era avasallante.

Y el segundo tiempo, cuando se esperaba que Francia se lanzara con todo, seguía de la misma forma, porque la Albiceleste controlaba la temperatura del partido. Pero los cambios de Deschamps y el desgaste acercaron al anterior campeón, descontó de penal gracias a Mbappé, que luego convirtió un golazo para llevar el duelo al suplementario, porque Lloris le sacó un remate imposible a Leo.

Y después de unos primeros 15 minutos donde ninguno quería arriesgar, las emociones llegaron en el segundo: con sufrimiento, Messi recogió un rebote de Lloris tras un tiro de Lautaro y la empujó para el 3-2, pero la alegría fue efímera y Montiel paró con la mano un remate y Mbappé, de vuelta desde los 12 pasos, igualó el encuentro que en el final pudo ser de cualquiera, por la atajada con el pie de Martínez y el cabezazo desviado de Lautaro en la última.

Los penales le dieron el premio a quien más lo había merecido. Dibu Martínez le tapó su remate a Coman, Tchouaméni tiró afuera el suyo y Argentina tuvo la mira precisa: convirtieron Messi, Dybala, Paredes y por último Montiel, que pasó de villano a héroe para el remate que se mete en la historia del fútbol argentino y Mundial, para la tercera consagración de Argentina, la consagración que Lionel Andrés Messi necesitaba y soñaba.