Después de la primera sesión abierta al público del lunes, Perú inició este martes la que será su rutina durante todo el Mundial, un entrenamiento en el Khimki Stadium por la mañana y tarde de descanso en el Hotel Sheraton Sheremetievo, rodeado de bosques.
Cuando quedan 4 días para que la Blanquirroja regrese a la gran competición tras 36 años, el sábado ante Dinamarca en Saransk, el ambiente en la ‘casa’ de Perú es de armonía y felicidad.
A diferencia de los cuarteles generales blindados de otras selecciones, en el hotel peruano los aficionados pueden entrar con total normalidad e instalarse en el ‘hall’ o en el bar y asistir al trasiego de técnicos, fisios y miembros de la expedición inca, que sin problemas se paran a conversar o sacar una foto. Incluso algún jugadores se asoma para saludar.
Abierta la veda, la primera planta del hotel se convierte a ratos en una marea blanquirroja, aunque todo se desarrolla con naturalidad, sin estridencias. Aunque al lado pase un militar ruso con un enorme perro vigilando el panorama.
La rutina impuesta por el seleccionador Ricardo Gareca incluye un entrenamiento a las 09h00 locales (06h00 GMT), con solo 15 minutos abiertos a los medios, y una comparecencia de dos jugadores por la tarde, en el salón Berlín del Sheraton Sheremetievo.
“Si marco voy a gritar hasta que todo Perú me escuche”, declaró el atacante Edison ‘Orejas’ Flores, que estuvo acompañado en la primera comparecencia por el centrocampista Yoshimar Yotún.
– ‘¡Estamos en el Mundial!’ –
Inmersa en su mejor racha histórica, 15 partidos sin perder, el grupo cuenta las horas que quedan para saltar al campo. Ambos jugadores reconocieron el estado de “ansiedad” ante el esperado regreso.
“Voy a ser sincero, es nuestra primera Copa del Mundo, hay nervios y ansiedad, pero se irá yendo”, dijo Yotún.
“Estamos disfrutando de cada momento, aunque tengamos un poco de ansiedad, es muy lindo. Es difícil encontrar un grupo con un ambiente así, (Christian) Ramos siempre está con la música, todos tiene esa chapota buena para los compañeros. Es difícil encontrar un grupo así”, añadió Flores.
Yotún explicó cómo combaten los nervios: “Cuando bajamos al desayuno o a la comida tratamos de pasar tiempo juntos para estar unidos, para comentar… En el viaje del bús la pasamos chévere, cuando termina el entrenamiento intentamos disfrutar de este lindo momento que nos ha tocado vivir”.
“Soy del 90 y mi papá me había contado que el Mundial es algo impresionante, superlindo… A veces estamos en la mesa (los jugadores), nos miramos y decimos: ¡Estamos en el Mundial!”, concluyó.
Fuente: AFP Noticias