Pasaron 59 años para que Real Madrid celebrara en la misma temporada el título de Liga de España y el de la Champions League. Por primera vez en el formato actual del torneo, un equipo repitió título (en las temporadas 88-89 y 89-90 Milán ganó dos veces la Copa de Campeones de Europa).
Pasarán muchos, muchos años hasta que Real Madrid encuentre quien le haga sombra a su dominio continental y quién sabe si alguna vez aparecerá de nuevo una máquina futbolística del tamaño de Cristiano Ronaldo, el hombre de la final, del título, el que hace tan grande al Real Madrid, doble campeón, doblemente rey de Europa.
El primero que inquietó fue Higuaín con un remate de afuera del área que controló Navas. De hecho, su única opción en la primera etapa. Pero con los minutos se fue ubicando mejor el Real Madrid, que se fue sobre el arco de Buffon ya promediando los 15 minutos.
El premio a ese dominio fue una linda jugada colectiva que selló Cristiano Ronaldo, el de siempre, el infaltable, el referente del Real Madrid. La tejieron Kroos, Carvajal y el propio portugués para vencer a Buffon, al minuto 20.
No procesó mal ese golpe Juventus, tal vez como si estuviera en los planes, y buscó espacios sin prisa. Pronto, al minuto 27, encontró la vía de salida en una joya, desde ya candidata a premio Puskas, de Mandzukic: salida por la derecha de Alex Sandro, pelota al centro del área para que la baje Higuaín y de espaldas al arco la recibe en el pecho el croata
Y a partir de ese gol no supo Real Madrid cómo levantar la cabeza. Más allá de un par de volteretas de Zidane en la raya, no hubo instrucciones claras. Entre tanto Juventus, con la partitura clarísima aparentemente desde hace meses, se hizo con la pelota y alcanzó a generar peligro con Pjanic, de nuevo Mandzukic (que provocó la amarilla a Carvajal) y un inquieto Khedira.
El descanso motivó al Madrid, que a los tres minutos ya había llegado una vez claramente mediante un tiro de esquina.Dos veces lo intentó antes del segundo tanto: al 54 remató Modric, a las manos de Buffon y al 55 Marcelo, desviado.
Y con Juventus agazapado, apareció, contra todo pronóstico, Casemiro, marcando de fuera del área tras el rechazo defectuoso de los italianos. Minuto 61 y otra vez se iba arriba el equipo de Zidane. Y antes de que acabara la fiesta del brasileño, cayó el tercero.
Otra vez, como es usual, Cristiano Ronaldo apareció para liquidar a Juventus, que no entendía ya de dónde salían tantos madridistas. La robó Modric sobre la raya y apareció el 7 letal, entre los centrales de Juventus, desconocidos, como de madera, sin sospechar que aparecería el goleador.
Entonces sí que se cayó el equipo de Allegri, cuya respuesta a la debacle de su otrora imbatible zaga se aniño a darle minutos a Juan Guillermo Cuadrado, el primer colombiano que juega una final de Liga de Campeones en la historia.
La aparición el antioqueño, sin embargo, no despejó el camino de Juventus ni alentó una reacción favorable. Madrid, en cambio, empezó a jugar a placer, a hacer circular la pelota y a provocar incluso una opción más para Cristiano, al minuto 73.
Una llegada tímida de Alex Sandro al 81 fue el resumen de la respuesta italiana. Y para coronar la tristeza, vio la roja Cuadrado por falta a Ramos. Una vida esperando por el colombiano, 16 minutos de ilusión.
Para coronar la historia, Asensio anotó el cuarto al minuto 90 en una jugada toda de Marcelo, el mejor del mundo en su puesto, sin lugar a dudas.
Así se fue acercando La Orejona, la número 12 de la rica historia madridista, a su dueño en los últimos dos años. Justo campeón, merecida felicidad.