El 22 de junio del año en curso, Jorge Valdivia fue presentado en Colo Colo, instancia en la que el Mago aseguró en conferencia de prensa que volver al Cacique “era un sueño dentro de la familia”, pero además destacó que su primer objetivo era ser campeón. Y cumplió.

El volante, que levantó el máximo trofeo con los albos bajo la conducción técnica de Claudio Borghi en 2006 (Apertura, frente a Universidad de Chile), rápidamente se ganó la camiseta titular en el equipo de Pablo Guede. Ese año destacó en el plantel junto a Humberto Suazo, Matías Fernández y Claudio Bravo, una de las figuras en la serie a penales.

Esta vez, se transformó en un hombre clave para el DT del elenco de Pedrero. “Físicamente me siento mejor que nunca”, dijo el volante luego de entregar su mejor versión en el clásico frente a los azules donde le dio una asistencia a Esteban Paredes, fue figura en el 4-1 y encaminó su llamado a la Selección chilena para los duelos eliminatorios ante Paraguay y Bolivia. También protagonizó en la goleada sobre su otro clásico rival dando cuenta de sus lujos.

El ex Al-Wahda regresó a Macul con la promesa de jugar a un alto nivel y en sus primeros compromisos con el Cacique dio muestras de todo su talento, que lo tienen como imprescindible en los albos. A sus 34 años, el mediocampista, al igual que en la estrella número 24, volvió a tocar el cielo tras lograr el Torneo de Transición frente a Huachipato.

Ocho campeonatos y once años tuvieron que pasar para que el talentoso volante bajara la 32 ante su hinchada que cada vez más disfruta de su Magia.

En total, el ex Palmeiras fue titular en 12 compromisos de los 13 que defendió la casaquilla alba en el campeonato. Completó cuatro asistencias, colaboró en una conquista y dos goles blancos llevan su firma. Es decir, participó en más del 20% de los goles blancos: de los 33 tantos que sumó la campaña alba, en siete se involucró directamente. Y un dato no menor, sufrió 67 infracciones. Eso sí, este año ya se transformó en supercampeón tras vencer 4-1 a Universidad Católica para lograr la primera Supercopa de su historia.

“El que tenga que llorar que llore, fuimos los mejores. Nos fuimos juntando más, nos fuimos conociendo mejor. Ganamos los duelos directos. Ganamos los clásicos. Goleamos, guapeamos, corrimos como perros. No hay discusión: fuimos los mejores, está comprobado. A pesar del sufrimiento, ganamos igual y somos campeones”, dijo el campeón a CDF.

“Vine desacreditado. Solo el hincha colocolino confiaba en mí y este es mi momento para decirle a todo el medio periodístico, que decían que venía para abajo o a retirarme, pero con el apoyo familiar y mi mujer fue importante. Yo le agradezco a los que estuvieron de mi lado, en especial a Pablo (Guede) que me llamó y me pidió que viniera a Colo Colo. Es una satisfacción”, agregó tras tocar el cielo el pasado 9 de diciembre.

FUENTE: OPTA