Paulo Dybala quiere jugar el Mundial y sabe que, hoy por hoy, perdió terreno frente a otros jugadores. Y como no tendrá la chance de recuperar el lugar en el día a día de la Selección argentina, porque no estará en los últimos dos amistosos que disputará la Albiceleste antes de que Jorge Sampaoli entregue la nómina definitiva de 23 convocados para Rusia, la Joya sabe que deberá obligar al DT a tenerlo en cuenta a partir de lo que haga con la camiseta de Juventus. Por eso, ya puso pies a la obra.
Desde que el jueves 1° de marzo el entrenador del combinado nacional anunció la nómina de futbolistas citados para los encuentros contra Italia y España del viernes 23 y martes 27, el cordobés recuperó su mejor versión, esa que había tenido muchos problemas para mostrar desde los primeros meses de la temporada: en los tres partidos disputó Juventus desde entonces, el delantero marcó cuatro goles, todos para que el equipo ganara y que significaron la clasificación a cuartos de final de la Champions League y la llegada a lo más alto de la Serie A.
Luego de un segundo semestre de 2017 en el que, por primera vez desde que llegó a Europa, mostró una involución en su juego y hasta llegó a perder el puesto en el equipo titular de la Vecchia Signora, 2018 tampoco arrancó de la mejor manera para Dybala: el 6 de enero, en su segundo encuentro del año, el argentino sufrió un desgarro en la cara posterior del muslo derecho y se retiró del campo de juego con lágrimas en los ojos. Sabía, el atacante, que no podría competir por un puesto en la convocatoria de Sampaoli si no tenía forma de demostrar lo suyo.
Aunque, en un principio, los médicos habían previsto que su regreso tardaría un mes, el cordobés tardó más de 40 días en volver a jugar: tras perderse el partido de ida de la serie de Champions contra Tottenham, el 18 de febero reapareció en la victoria 1-0 en el clásico contra Torino, en el que ingresó para jugar los últimos 25 minutos. Una semana más tarde, Massimiliano Allegri pensaba incluirlo como titular en el duelo frente a Atalanta por la Serie A, pero la nieve obligó a suspender el encuentro. Tres días después, el miércoles 28 de febrero, en un duelo contra los de Bergamo que sí se pudo disputar por la Copa Italia, el punta otra vez arrancó en el banco y apenas pudo sumar siete minutos de ruedo.
24 horas después de ese encuentro llegó la lista de la Albiceleste y las palabras de Sampaoli: “Sabemos lo que Dybala nos puede dar, queremos ver a otros jugadores”. Una frase que el cordobés tomó como un desafío, para dejarle en claro al DT (que nunca pudo ver su mejor versión con la camiseta argentina) y a todos los que dudan de él que siempre hay mucho más para ver: el domingo posterior a la publicación de la nómina, la Joya fue titular por primera vez en Juventus tras su lesión y, en el último minuto del partido frente a Lazio, marcó un golazo luego de aguantar la embestida de un defensor y decretó la victoria final. Con el 1-0 (y la posterior derrota de Napoli contra Roma), el equipo de Turín pasó a depender de sí mismo para llegar a lo más alto del campeonato.
Luego, entre semana, llegó la revancha contra Tottenham, en la que el cuadro italiano tenía que ganar como visitante tras el complicado 2-2 de la ida. Y en un encuentro difícil, en el que la Juve se vio superada durante largos tramos del desarrollo y en el que Dybala no había podido pesar, en la única chance concreta de gol que tuvo, tras una gran asistencia de Gonzalo Higuaín, el delantero marcó el 2-1 que valió el pasaje de ronda.
Entonces llegó el duelo contra Udinese, en el que la Vecchia Signora tenía la chance de superar la línea de Napoli. La Joya, por tercera vez seguida desde el arranque, volvió a ser decisivo: marcó dos goles, el equipo de Allegri ganó 2-0 y, tras el empate de los del Sur, quedó como único líder de la Serie A, con un partido menos. De la mano de Dybala, que se rebeló contra un destino que parecía estar escrito y sueña con llegar a Rusia.
Fuente: OPTA